Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLas castañas se pueden consumir de distintas formas, aunque seguro que no se te había ocurrido la harina de castaña. Se trata de una harina tiene un punto de dulzor y, por ello, es usada sobre todo en repostería.
La harina de castaña es un alimento saludable, delicioso y una estupenda fuente de energía. Es rica en vitaminas, minerales y fibra y algunos la consideran un superalimento. Sirve de aporte de calcio para fortalecer los huesos y tiene un alto nivel energético que, unido a su bajo índice glucémico, la convierte en una gran aliada para quienes afrontan esfuerzos o dietas de adelgazamiento.
Son muchas las cualidades que tiene la harina de castaña: su bajo porcentaje de grasa (alrededor de un 2%), su alto contenido en potasio (muy beneficioso en caso de padecimiento de riñón), carece de sodio (algo a tener muy en cuenta si se sufre de hipertensión), es recomendable para todas aquellas personas que necesitan un aporte de vitamina B o ácido fólico.
Para muchos nutricionistas, la castaña está más cerca de los cereales que de los frutos secos, es por lo que sirve como sustitutivo del trigo para aquellas dietas que no pueden contener gluten, como es el caso de la celiaquía.
Todas estas propiedades han llevado a algunas cadenas de supermercados a contar con harina de castaña en sus lineales, por lo que nos difícil encontrarla. Además, en las tiendas de productos ecológicos, también es un producto bastante fácil de encontrar. Y, desde luego, la podemos elaborar de forma casera, secando las castañas en el horno de casa, unos 40 minutos a 200ºC, las dejaremos enfriar para pelarlas bien y triturarlas en un molinillo.
La harina de castañas nos permite disfrutar del sabor inconfundible de este fruto en cualquier momento, no solo en el otoño.
La harina de castañas se puede mezclar con la de trigo para formar las bases de algunos de los dulces más tradicionales. Los postres conseguirán un toque excepcional con la harina de castañas. Por ejemplo, un bizcocho de castañas, que podemos elaborar con harina de castaña y de trigo, azúcar, levadura y huevos. Se trata de un bizcocho tradicional, pero con el toque especial que le da la harina de castaña.
También, pensando en los celíacos, pueden emplear esta harina de castaña para hacer pan o una masa de pizza. Y en la cocina, la podemos emplear para elaborar pasta fresca, como espesante de salsas, purés o cremas y para hacer rebozados crujientes.