Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorSeguro que tienes una receta para hacer un bizcocho. Hay tantas recetas como casas y tantas versiones como personas. No es nada complicado, aunque, si buscamos un resultado esponjoso, ahí la cosa cambia. Para que logres el mejor resultado a la hora de preparar un bizcocho, apunta estos trucos, que te serán muy útiles sea cual sea la receta que vayas a preparar. ¡Comenzamos!
Vamos a comenzar por la harina: es importante que sea de repostería o de media fuerza. Y, por otro lado, a la hora de incorporarla a la masa, lo haremos tamizándola con un colador, de forma que damos más aire al resultado final y evitamos que nos queden grumos.
También es importante que los ingredientes que normalmente están refrigerados, como es el caso de huevos, leche o mantequilla, estén a temperatura ambiente.
El elemento principal para hacer una buena mezcla es una batidora de varillas porque es la que va a introducir más aire a la masa, que es la clave para que el resultado quede esponjoso. Y, para que ese aire no se pierda, es mejor tener el horno ya caliente para que la masa no repose demasiado y lo pierda.
El molde debe ser del tamaño correcto según la cantidad que vayamos a preparar. Si es muy pequeño, se terminará hundiendo y si es demasiado grande, nos quedará muy plano y seco. Es importante untarlo con un poco de mantequilla o aceite antes de incorporar la masa. Y un extra, que el molde sea desmoldable.
Normalmente, un bizcocho se hornea a 180-190ºC. Como hemos comentado antes, es importante precalentarlo antes de meter el bizcocho en el horno. Colocaremos el molde sobre la rejilla en la parte central del horno. Si este tiene ventilador, lo pondremos para que se reparta el calor uniformemente. Y, un truco, poned un recipiente con agua dentro del horno durante la cocción, aporta humedad al proceso. Y nunca nunca abráis el horno durante la primera media hora de cocción porque se puede hundir. Podéis abrir el horno al final de la cocción para comprobar si ya está listo. Puedes hacerlo clavar un palo de brocheta en el centro. Si este sale limpio, está en su punto. Pero si sale manchado, déjalo unos minutos más.
Una vez fuera del horno, lo dejaremos que se enfríe. Si el molde es desmoldable, es mejor sacarlo del molde y dejarlo enfriar sobre una rejilla. Una vez completamente frío, se puede guardar envuelto en film o en un plástico para que guarde la humedad más tiempo.