Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorSi algo caracteriza al tomate es su color rojo. Son muchas las variedades que podemos encontrar en el mercado y el color rojo, más o menos intenso, destaca en todas ellas. Claro que no todos los tomates son así. Hoy te contemos los secretos del tomate azul, o morado, y por qué debes incluirlo en tu dieta.
Esta variedad tan peculiar de tomates tiene su origen en Estados Unidos, aunque desde distintos lugares del mundo se ha ido investigando con semillas y modificando genéticamente para lograr esta variedad de tomates. De hecho, hay distintas variedades con distintos tonos de azul y morado, algunos parecen casi negros. También se cultivan en algunas zonas de Europa. En España ya empiezan a producirse, por lo que es más normal verlos en fruterías y mercados.
Se trata de una variedad de tomates con un alto contenido de antocianinas, los responsables de la coloración de algunas frutas moradas o azules. Este tipo de pigmentos se concentran en la piel de frutas y verduras, por lo que, por dentro, el color es rojo, igual que el de otras variedades de tomate.
El sabor de estas variedades de tomate es más afrutado. La piel es más fina que los tomates de ensalada y la carne es jugosa. Al partirlo, desprende un aroma intenso a tomate. Como hemos comentado, la carne es roja y casi no tiene semillas. Además, su nivel de acidez es menor que en otras variedades.
Una de las razones de su valor en nuestra dieta es que son ricos en antioxidantes. Las responsables de esta característica son las antocianinas, los pigmentos a los que debe su color entre azul y morado a los que se atribuye propiedades antioxidantes. Estos pigmentos están presentes en frutas como las moras o los arándanos y tienen efectos muy beneficiosos para prevenir la oxidación de las células y contrarrestar la acción de los radicales libres y el envejecimiento. También contiene una mayor acumulación de vitaminas A, B6, C y K, y es rico en minerales como calcio, potasio y hierro.
Estos tomates se pueden emplear en la cocina de la misma forma que el resto de tomates, aunque, por su colorido, es preferible consumirlo en crudo. Pueden formar parte de una ensalada y podemos combinarlos con otros tomates, buscando un contraste de color.
También son ideales para preparar mermeladas, hacerlos confitados o elaborar ricas salsas. Al cocinarlo, pierden parte de su color azul pero el su sabor afrutado puede dar un toque muy especial a nuestras elaboraciones.