Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorQue la tortilla de patatas es uno de los platos más representativos de la gastronomía de nuestro país nadie lo pone en duda. Los ingredientes son sencillos, pero el resultado es espectacular.
Pues bien, una vez hemos preparado una tortilla española, siempre podemos ir un paso más allá y guisarla o acompañarla de alguna salsa especial. Bien porque queremos probar algo distinto o bien porque se nos ha pasado un poco esta vez y busquemos un resultado más jugoso, guisar una tortilla con una salsa es una gran idea para probar algo nuevo.
Para acompañarla, podemos optar por una salsa verde, un buen sofrito casero de tomate, una pepitoria, una deliciosa salsa de setas o la salsa de unos callos, por ejemplo.
Para esta tortilla, vamos a preparar una grande y jugosa. Y, después, una salsa verde hecha a base de un buen caldo de pescado para que empape a la tortilla de todo su sabor.
Comenzamos por freír en un poco de aceite de oliva el ajo y, si nos gusta ese toque un poco picante, la guindilla. Pues está frito, añadimos un poco de harina y dejamos que se cocine bien sin dejar de remover. Añadimos un chorro de vino blanco y el perejil bien picado. Seguidamente, vamos añadiendo el caldo poco a poco para que vaya espesando nuestra salsa y se vaya cocinando unos minutos más.
Lo ideal es hacer la salsa es una sartén lo suficientemente grande para que quepa la tortilla. Porque una vez hecha la salsa, debemos incorporarla y dejar que se cocine un par de minutos, para que la salsa vaya empapando bien .
La vamos a servir con la salsa por encima y un buen pan, porque el resultado es para mojar y mojar pan.
La tortilla guisada con los restos de unos callos es una de las tapas más castizas que podemos degustar en Madrid. Tan sencilla como añadir una tortilla de patatas a una cazuela de callos en salsa. Se debe dejar dentro un par de minutos para que coja todos los sabores y se empape de la salsa de los callos. Otra opción es que, si hemos hecho callos y ha quedado salsa, esta acompañe una tortilla de patatas, aunque no quede rastro de la carne del guiso.
Una receta de aprovechamiento es elaborar una salsa para acompañar la tortilla que nos haya quedado del día anterior, por ejemplo. Para ello, podemos hacer un sofrito con cebolla picada y un ajo. Cuando está pochado, añades un poquito de pimentón (dulce o picante, al gusto) y una cucharada de harina. Dejamos que se cocine bien y añadimos un chorro de vino blanco. Lo dejamos reducir y le añadimos tomate frito y un vaso de caldo de verduras. Cuando rompa a hervir, es el momento de incorporar la tortilla y lo dejamos cocer unos minutos. Podemos servir con un poco de perejil picado por encima.