Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorCuando nos disponemos a asar carne en el horno, buscamos conseguir como resultado una carne sabrosa y que quede tierna y jugosa. Vamos a descubrir algunos trucos que nos pueden llevar a alcanzar esta meta.
Vamos a comenzar por la elección de la pieza. Para asarla en el horno, optaremos por una pieza grande, sin cortes y, a ser posible, con grasa infiltrada o con una capa de grasa para que el resultado no nos quede seco. Por ejemplo, si vamos a asar una pieza de cerdo, podemos optar por el lomo con la chuleta, mejor que por el solomillo, una pieza mucho más pequeña. En el caso de la ternera, mejor comprar piezas como el lomo alto, la contra o la babilla.
Si vas a preparar piezas enteras, puedes atar la carne con hilo de bramante para que no se salgan los jugos y mantenga su forma. Y otra opción para que quede dorada por fuera y jugosa por dentro es sellar la carne en aceite unos diez minutos a temperatura fuerte.
Hay que precalentar el horno siempre y respetar siempre las temperaturas y tiempos de cocción para cada pieza y precalienta el horno. Es cuestión de ir probando y ajustando porque cada horno es distinto. Pero, una referencia puede ser que para un kilo y medio de carne a 180 grados estará en el horno durante 45 minutos. Pero también dependerá de nuestras preferencias, porque si no gusta que quede rosada por dentro, deberemos bajar la temperatura y dejarla durante mucho más tiempo.
Para tostar la superficie exterior, comenzaremos asando la carne a alta temperatura para luego bajarla de forma que la carne mantenga su humedad y esté más jugosa.
Da la vuelta a la carne cuando lleve un poco más de la mitad del tiempo de cocción para que se haga de manera uniforme por todas partes.
Para dar un toque especial, puedes usar hierbas aromáticas y especias. Son muy útiles para aromatizar la carne que quieras asar. También puedes aprovechar los marinados para dar un toque a tus asados que, además es otra forma de ablandar la carne. También puedes emplear salsas, como la mostaza, para crear una costra que ayude a retener los jugos de la propia carne.
Otra opción para aportar jugosidad a un asado es añadir vino y otros licores, un poco de caldo o de agua. Después, estos jugos que ha soltado la carne los podemos emplear para acompañar el asado, ya que este estará más rico junto a una salsa. Si vas a acompañar la carne de verduras, mejor si las cocinas a parte.