Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorCuando salimos a hacer la compra, lo hacemos para varios días. Nuestro ritmo de vida, el trabajo fuera de casa y otras responsabilidades nos llevan a optimizar nuestro paso por el mercado. Además, la situación de confinamiento que estamos viviendo nos lleva a espaciar en el tiempo nuestras compras de alimentos.
Una vez que llegamos a casa con la compra y para evitar que los alimentos se estropeen a la hora de guardarnos, podemos poner en práctica unos sencillos consejos y trucos para no contribuir al desperdicio de alimentos.
Por un lado, podemos optar por conservas y alimentos congelados, que tienen una vida más larga que los frescos. También debemos prestar especial atención a la fecha de caducidad, para elegir aquellos que tienen una fecha de consumo más tardía. Pero ¿qué sucede con los alimentos frescos?
En primer lugar, si hemos comprado carne y pescado y no lo vamos a consumir de manera inmediata, lo mejor es congelarlo.
Respecto a la nevera, debemos procurar no llenarla del todo porque de esa forma impedimos que el aire circule correctamente entre los alimentos y se conserven correctamente. Además, es importante saber que la temperatura en el frigorífico no es la misma en todas las zonas. Abajo hace más frío, por lo que ahí debemos colocar carne y pescado, también los platos preparados. En la parte de arriba, podemos guardar yogures y lácteos. Podemos usar los cajones inferiores para frutas y verduras y en la puerta deja huevos, salsas y bebidas.
Las verduras, para que se conserven mejor, es preferible lavarlas bien y secarlas con cuidado antes de guardarlas en el frigorífico. Y para que el pescado se conserve mejor también conviene limpiarlo y salarlo antes de guardarlo en la nevera. Y la carne, si va a ir al congelador la debemos cortar en trozos más pequeños para que tarde lo menos posible en congelarse. Mientras que si la guardamos en la nevera, se conserva mejor en trozos grandes o piezas enteras.
Es conveniente guardar los alimentos envasados en un táper, bien tapados, para que no pierdan frescura y no transmita olores a otros alimentos. También podemos emplear bolsas de congelación con cierre hermético o bien emplear una envasadora para hacer el vacío.
Para los alimentos que no precisan frío, mantenlos lejos de las fuentes de calor y nunca en contacto directo con el suelo. Es importante revisar las fechas de caducidad de los productos y colocar delante aquellos alimentos que van a caducar antes para evitar que se estropee. Los productos que vienen en bolsas, una vez abiertos, los debemos cerrar bien con pinzas o guardarlos en un recipiente con tapa que cierre bien.