Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEl final de las vacaciones, los cambios de estación o de rutina no afectan a todos las personas por igual, algunas de ellas son mucho más sensibles a estos cambios y una de las consecuencias más directas es la astenia.
La astenia es un estado de debilidad y falta de vitalidad tanto física como intelectual, reduce la capacidad para trabajar y, en las formas más severas, incluso la capacidad para realizar las tareas más sencillas.
Una de las consecuencias más directas de la astenia es el sueño, la sensación de que cuesta arrancar el día, que el cuerpo no responde y la capacidad intelectual se ve mermada por un estado de somnolencia que nos acompaña todo el día.
La solución no pasa por tomar mucho café con la esperanza de que los ojos se mantengan abiertos, ni de hincharse de bebidas energéticas para estimular nuestra psique. Si no es una forma patológica, bastará con incluir en nuestra dieta ciertos alimentos que por sus características nutricionales se encargarán de hacernos rendir y que nuestro día cunda tanto como esperamos.
Es una fuente de energía, muy nutritiva y saludable. Se recomienda consumirla por la mañana, a primera hora o antes del mediodía. Se puede combinar con fruta, leche, yogur y frutos secos. Además, es un antioxidante natural y ayuda a reforzar el sistema inmunitario.
Los lácteos además de ser una gran fuente de calcio, refuerzan el sistema inmunológico. Si combinamos leche (fría) o yogur con avena, además de reducir el colesterol, disfrutaremos de toda su energía durante el día.
Además de un alto aporte de proteínas, el huevo tiene un efecto saciante debido a su contenido en glucosa, que hace que el cerebro se mantenga despierto
La fibra que contiene la papaya ayuda a activar el sistema digestivo lo que se traduce en un aumento de energía a lo largo del día.
Cuando necesitamos estar en un estado de vigilia pensamos siempre en un café, pero hay frutas que dan un gran aporte de energía. Un ejemplo es la manzana, una fruta sencilla que gracias a la fructosa que contiene reactiva el organismo y proporciona al cerebro los nutrientes necesarios para mantenerse activo.
Las clásicas pipas de toda la vida, siempre sin tostar, son muy buenas para mantenerse despierto. Por un lado, por la sal que contienen que estimula el organismo y, por otro lado, el hecho de tener que pelarlas hace que prestemos atención a un mecanismo rutinario.
Sabemos que el café es un clásico en los desayunos, pero tomarlo en abuso puede ser poco saludable e incluso ser perjudicial para la salud. Para tener el mismo aporte de energía cada mañana, se recomienda alternarlo con infusiones de té, ginseng o higos.
No tendrá ningún aporte nutritivo pero, debido al sabor y olor fuertes de la menta, ayuda a que nos mantengamos despiertos. Eso sí, si se opta por mascar chicle que este sea sin azúcar, evitaremos problemas añadidos.