La gran mayoría de los sénior no quiere prolongar su vida laboral o no tiene claro los beneficios de hacerlo una vez llegada la edad legal de jubilación.
En concreto, sólo el 15% optaría por seguir trabajando. El resto, o tiene dudas (el 69%) o, directamente, confirma que se jubilarán cuando lleguen a la edad reglamentaria (16%), según se desprende del III Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics (@FM_Ageingnomics) de Fundación MAPFRE (@fmapfre) en colaboración con Google (@Google), y dirigido por el director del Centro de Investigación Ageingnomics, Juan Fernández Palacios y por los docentes e investigadores universitarios Iñaki Ortega y Manuel Sevillano.
Eso sí, según destacan los autores de este barómetro, la respuesta varía según la edad o dependiendo del nivel de formación. Por ejemplo, únicamente el 8% las personas de entre 55 y 60 años asegura que quiere prolongar su vida laboral, pero, a medida que van pasando los años, estos porcentajes aumentan, al 15%, en la franja de 61 a 65 años, al 16%, en la de 66 a 70 y al 20%, entre quienes tienen más de 71.
Fuente: III Barómetro del Consumidor Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.
Ahora bien, donde de verdad se observan grandes diferencias es cuando se tiene en cuenta el nivel educativo de los participantes.
En este caso, sólo el 7% de las personas que han estudiado hasta primer grado ha previsto prolongar su vida laboral, mientras que, en el otro extremo, el 29% de los sénior con estudios superiores tiene planeado hacerlo.
Fuente: III Barómetro del Consumidor Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.
Por otra parte, aunque no todos los sénior quieran o tengan claro si van a alargar su vida laboral, un porcentaje no despreciable sí se ha planteado cambiar de vida.
Según se desprende del estudio, el 30% de los sénior "se mudaría a un entorno más rural y conectado con la naturaleza, aunque esté más aislado", el 18% "trabajaría menos horas o en un trabajo menos exigente, aunque bajaran sus ingresos", el 13% "comenzaría a estudiar de nuevo, aunque aumentara su incertidumbre laboral futura" y el 7% "emprendería un nuevo negocio, aunque supusiera un cambio para su estilo de vida actual".
Existen desincentivos para alargar la vida laboral
Estos bajos porcentajes generales se explicarían en parte, según el autor del estudio Iñaki Ortega, porque "en España, se da una doble circunstancia que desincentiva la prolongación de la vida laboral".
Por un lado, explica, "la mala situación del mercado laboral para los sénior" determina su decisión. "La comparación con el resto de Europa demuestra la distancia con nuestros vecinos. A modo de ejemplo, la tasa de empleabilidad del colectivo está diez puntos por debajo de la media europea (60 %). Al mismo tiempo y en la realidad más cercana, se certifican los malos datos patrios: la mitad de los nuevos parados son sénior, uno de cada tres parados en España es mayor de 50 años y uno de cada dos desempleados sénior son de larga duración", contextualiza.
Por otra parte, prosigue Ortega, también desincentiva el alargamiento de la vida laboral "la pervivencia de una cultura milenaria que promueve el retiro en el entorno de los 60 años, como si no hubiese cambiado radicalmente la demografía, con una mayor longevidad y el propio mercado de trabajo, que ha desterrado prácticamente los trabajos penosos".
Por esta razón, propone, "es necesario el establecimiento de un gran pacto de país para el fomento del empleo sénior que corte de raíz el derroche de talento de los mayores españoles".
Algunas de las medidas de este acuerdo, que deberían firmar partidos, empresas y sindicatos, podrían ser la mejora de las "fórmulas para compatibilizar pensión y trabajo", la penalización de "las jubilaciones anticipadas, así como las prejubilaciones", y la promoción de "un reconocimiento expreso de los derechos de igualdad generacional y la lucha contra el edadismo laboral", entre otras medidas.
"La prolongación del trabajo se va a convertir en una necesidad ineludible, positiva para la salud física, mental y económica de las personas y, por ende, para toda la sociedad", prevé Ortega.
Los sénior son un motor de la economía
Otra de las conclusiones que se desprenden de este estudio es que los sénior siguen siendo un motor fundamental para la economía española.
Durante la presentación del Barómetro, el director del Centro de Investigación Ageingnomics, Juan Fernández Palacios, destacó la importancia de este segmento y reconoció que cada vez tendrán un peso mayor. Y es que este grupo poblacional –16 millones de personas en España– representa el 25% del PIB y el 60% del consumo.
La dimensión de los sénior, como dinamizadores de la economía, se ve reflejada en varios datos que se desprenden de este barómetro, como que el 29% de los encuestados asegura que le gustaría sacar mayor beneficio económico de su vivienda, que siete de cada 10 han viajado por ocio o turismo en el último año, que ha aumentadoel número de mayores de 55 años digitales en un millón de personas respecto a 2021 o que actualmente cuidan más de su salud a través de la alimentación o el ejercicio, lo que aumenta su autonomía presente y futura.
Apoyo fundamental para sus familiares
Pero los sénior no sólo consumen o generan riqueza, también brindan un apoyo fundamental a otras generaciones. Concretamente, en 2022 aumentó un 46% el número de mayores de 55 años que asisten económicamente a otras personas –del 43% al 63%–. Entre los grupos de edad que más ayudan a otras generaciones destacan los que tienen entre 66 y 70 años: el 67% apoya económicamente a sus familias. Eso sí, entre 2021 y 2022, habría descendido el porcentaje de los que asisten económicamente a sus familias todos los meses del 12% al 8%. Por contra, el número que apoyaba puntualmente a sus seres queridos aumentó, pasando del 4% al 25%.
Para el III Barómetro del Consumidor Sénior se realizaron 1.125 encuestas, y se analizaron, entre otros aspectos, la capacidad de ahorro de los sénior, su poder adquisitivo, el tipo de vivienda en la que residen, qué hábitos tecnológicos tienen, con qué frecuencia realizan viajes por ocio y turismo, qué hacen para mejorar su salud, y si desean o no alargar su vida laboral.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.