Más de la mitad de los mayores de 55 años, tienen que ayudar económicamente a su familia y seres queridos. Y son mayoría los sénior que creen que esta tendencia de ofrecer soporte económico a su red familiar no disminuirá en los próximos años, sino todo lo contrario. Y eso que ellos mismos han sufrido la subida de la inflación, y que seis de cada diez reconoce que los actuales precios de la vivienda y la energía ponen en riesgo su calidad de vida.
Pese a la preocupación por la inflación y por los precios disparados de algunas partidas esenciales, como la cesta de la compra, en 2023 los sénior se muestran más optimistas en cuanto a su situación económica personal.
Durante la presentación del estudio, el director del Centro de Investigación Ageingnomics, Juan Fernández Palacios (@JuanFernndezPa3) ha destacado que “los sénior tienen mucho que aportar. Están contribuyendo mucho, son un motor económico y social y constituyen una pieza básica de la demanda y del consumo”. Por su parte, Iñaki Ortega, (@InakiOrtega) codirector del informe y Consejero Asesor del Centro de Investigación Ageingnomics, ha afirmado que “la realidad se aleja del estereotipo, los sénior son digitales, apenas van al médico y son optimistas respecto a su futuro”.
Arranca la presentación del IV Barómetro del Consumidor Sénior de @FM_Ageingnomics@fmapfre Juan Fernández Palacios: "hay que desmontar el mito de ver al sénior como un ciudadano pasivo del que hay que ocuparse" pic.twitter.com/FgIxBhE7Vs
Los sénior siguen constituyendo una red de apoyo fundamental en las familias españolas. El 53% de la población sénior ayuda económicamente a miembros de su familia o personas de su entorno cercano. Y son mayoría los sénior que creen que en el futuro tendrán que seguir ayudando a sus seres queridos de la misma manera (48%) o más (30%).
“Los sénior son una red de apoyo para el país, en tanto en cuanto aportan con su demanda y con el apoyo a sus familias y a otras personas de su entorno cercano, un sostenimiento del Producto Interior Bruto” ha señalado Ortega.
Este año, la generación silver ha ayudado algo menos que el año pasado a su entorno. De hecho, el número de séniors que reconocen haber ayudado a sus seres queridos (53%) ha descendido diez puntos porcentuales respecto a 2022, cuando alcanzó su máximo debido a la crisis y a una inflación que alcanzó los dos dígitos. Además, si en 2022 el 12% aseguraba que esa ayuda que prestaban desinteresadamente a sus familiares, era vital para quienes la recibían, y que la necesitaban para afrontar ciertos pagos inasumibles, en 2023, ese porcentaje baja hasta el 7%.
Preocupación por la escalada de precios
El IV Barómetro del consumidor sénior detecta pesimismo por parte de los mayores de 55 años respecto a la escalada de los precios y su impacto en los gastos de alimentación y residencial. La elevada inflación les inquieta porque no ven margen de ahorro en partidas tan importantes como la cesta de la compra y la vivienda y todos sus suministros. “No tienen apenas margen para reducir su gasto”, ha destacado Ortega. “La inflación no deja de afectar a los sénior igual que al resto, y puede influir en su bienestar futuro” ha añadido Fernández Palacios.
Y eso que los hogares de los sénior en España tienen una situación económica saneada: el porcentaje de los que disponen de más de un ingreso en el hogar es del 55,8% y el 81,8% son propietarios de una vivienda. “Este es un país fundamentalmente de propietarios”, ha destacado Iñaki Ortega; y casi la mitad de la población sénior tiene capacidad de ahorrar (un 49%). De hecho, en este 2023 se ha recuperado la capacidad de ahorro que había disminuido con fuerza en los últimos tres años, pasando de un 56% en 2020, a un 48% en 2021 y un 43% en 2022.
La brecha digital se cierra
Una de las tendencias que este estudio ha permitido constatar año a año es cómo la brecha digital que sufren especialmente las personas mayores, se va cerrando a un ritmo acelerado. Los séniors digitales crecen a razón de un millón cada año. Así, en 2023, la digitalización de los mayores españoles ha seguido aumentando con un millón de nuevos mayores activos en internet, hasta alcanzar los 12 millones. Algo más de un 70% del colectivo sénior es activo en la red. “En un lustro la brecha digital habrá desaparecido”, ha pronosticado Iñaki Ortega.
Ahora bien, existe un comportamiento diferenciado de los mayores a partir de los 70 años y este es uno de los puntos donde más se evidencia lo heterogeneidad del colectivo. Mientras que un 80% de las personas de entre 55 y 64 años usan internet a diario, ese porcentaje cae a plomo conforme avanza la edad. Un 29,9% de los españoles de entre 75 y 84 años usa internet a diario, y tan solo un 8,6%, con 85 años o más. “La realidad es que a partir de los 74 años, cambia el uso de internet” ha reconocido José María Pérez, director de Seguros de Google España.
“No queremos minimizar el problema que algunos segmentos de población tienen con las herramientas digitales, el problema existe, especialmente para los más mayores” ha puntualizado Juan Fernández Palacios “Pero los datos confirman que los sénior son cada vez más digitales y eso tiene que servir para desterrar el prejuicio y la discriminación por considerar que no son capaces de entenderse con la tecnología”, añade.
La evolución del sénior español
Más allá de una radiografía estática del sénior español, esta cuarta edición del informe permite conocer los cambios en el comportamiento de los mayores españoles como consumidores, y pone de manifiesto algunas tendencias, como esa brecha digital, que cada año se estrecha más.
Por ejemplo, con los datos de las cuatro ediciones del Barómetro, se puede afirmar que los adultos mayores mantienen su sólida posición económica con una mayoría que tiene al menos un ingreso en el hogar, vivienda en propiedad y capacidad de ayudar a su entorno. También podemos concluir que este segmento de la población se cuida, que apenas va al médico hasta los 70 años y que la mayoría quiere seguir viajando por placer.
El colectivo sénior español alcanza los 16 millones de personas, el 33% de la población, con elevada esperanza de vida (la tercera mayor del mundo, 82 años) y buenas condiciones de salud. Los mayores de 55 años ya representan el 60% del gasto español, el 25% del PIB y el 40% del censo electoral, lo que les convierte en el motor del despegue de la denominada silver economy, o economía plateada. Sin embargo, se trata de un colectivo muy heterogéneo. “Los sénior se diferencian por muchas razones. En primer lugar, en función del nivel económico, pero también por su nivel de educación, el lugar de residencia, rural o urbano, y sobre todo se diferencian por la edad. No es la misma situación la de una persona de 55 o 60 años, que la del grupo de edad de entre 75 y 80”, ha destacado Juan Fernández Palacios. “Hay una serie de características generales que son aplicables a todos y que sirven para desmontar ese mito que lleva a ver a las personas que se acercan a los 60 años como un grupo poco participativo y del que hay que ocuparse”, ha concluido.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.