Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorFoto: BigStock, El Corte Inglés, Mercadona, Carrefour, Eroski
Jueves 4 de febrero de 2021
5 minutos
Foto: BigStock, El Corte Inglés, Mercadona, Carrefour, Eroski
Jueves 4 de febrero de 2021
5 minutos
En las cocinas de todo el mundo existen muchas otras harinas para hornear, espesar, y unir los ingredientes. Por lo general, se muelen a partir de alimentos disponibles localmente que son fuentes importantes de calorías, proteínas y otros nutrientes y llegan a nuestros supermercados para aportar nuevos sabores, texturas y matices a nuestras recetas de toda la vida.
Tradicionalmente las harinas que utilizamos parten del trigo y son el resultado de moler el grano del trigo solo o bien mezclándolo con el trigo duro dando como resultado distintas combinaciones ideales para hacer el pan. Pero las harinas de otros cereales, o legumbres, también ofrecen una variedad de usos y cualidades muy destacable. Si además son cereales integrales son más saludables que refinados, ya que la harina menos procesada se asocia a un menor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cadiovasculares, obesidad y algunos tipos de cáncer. Veamos algunas de ellas.
La harina de arroz es la estrella de la cocina asiática, utilizada en sus fideos, en los mochis y en las tempuras. En su versión blanca (no integral) es una harina perfecta para personas celiacos, aunque por su poca cantidad de proteína y su alto contenido en almidón, resulta complicada para la panadería, pero muy recomendable para espesar salas y para conseguir que tus rebozados queden crujientes. En las masas de pastel y galletas aporta una sensación muy tierna.
Fotografía: Mercadona
La harina de avena es muy típica en los desayunos anglosajones, amantes de los porridges de avena. Su sabor y textura es muy suave y densa, y resulta muy recomendable para elaborar repostería siempre combinada con otras harinas, aunque no tanto para la panadería. Si la añades a tus recetas, verás que agrega un rico sabor a nuez. Además, ayuda a disminuir los niveles de colesterol en la sangre y favorece la digestión.
Fotografía: Eroski
La harina de espelta es prima de la harina de trigo. Se calcula que se cultivaba hace más de 7.000 años y tiene un gluten particular, que la hace más difícil de trabajar, pero mucho más digestiva. Ligeramente más alta en proteínas que la harina de trigo, también aporta un suave sabor a nuez a las recetas. Retrasa la absorción de los hidratos de carbono, por lo que resulta beneficiosa para las personas diabéticas; y gracias a su alto contenido en fibra, es ideal contra el estreñimiento y en dietas de adelgazamiento.
Fotografía: El Corte Inglés
La harina de garbanzo es muy común en la cocina hindú, y resulta ideal para los rebozados ya que aporta una textura y un color muy especial. Además es más saciante que la harina de cereales porque sus características nutricionales son muy similares a las de la propia legumbre. Sería como añadir garbanzos a tu receta, por ello si la quieres utilizar en repostería debes saber que tiene un ligero gusto a garbanzo.
Fotografía: Carrefour
Las harinas multicereales tienen un gran contenido de nutrientes por su mezcla de distintos cereales, lo que supone un aporte extraordinario de proteínas y fibra para los más exigentes. Esta harina de Gallo contiene harina de trigo, harina integral de centeno, harina integral de espelta, harina de avena, gluten de trigo, y enzimas. Una combinación perfecta para sabros panes, galletas y bizcochos.
Fotografía: Carrefour