La redacción de 65YMÁS elige a las 65 personas mayores de 65 años más influyentes de España en 2024. Un total de 65 sénior, verdaderos influencers que no se limitan a un éxito pasajero en redes sociales, sino cuyo ámbito de influencia ha traspasado y sigue traspasando fronteras físicas y generacionales. Y es que para alcanzar el éxito hace falta tiempo, perseverancia y continuo crecimiento, valores todos ellos que vienen de la mano de la experiencia con la que cuentan de sobra los representantes de nuestra lista de mayores de 65 años más influyentes.
Camino Villa (1950) es una de las influencers sénior más conocidas en redes sociales. Natural de León, es la tercera de cuatro hermanos, y tal como ella misma nos ha contado, la moda siempre ha formado parte de su vida.
Procedente de una familia de clase media, pronto empezó a interesarse por los colores y tejidos, aunque el primer arte con el que estuvo en contacto de manera directa fue la música: “Tenía una profesora de música que tocaba el piano y vivía cerca de mi casa. Cuando iba y volvía al colegio lo escuchaba siempre, y fue otra cosa que se despertó en mí enseguida. La música y la moda son dos pasiones que siempre han ido muy unidas en mi vida”, nos asegura.
Y es que desde que era pequeña, Camino ha estado rodeada de moda. Al principio, cuando era pequeña, hacía los deberes en el taller de la modista de su madre: “Era una maravilla porque cada día estábamos rodeadas de tejidos en una mesa grande, para mí era toda una experiencia”.
A pesar de tener las cosas claras desde niña, Villa estudió Información y Turismo en León: “A mí me gustaba el periodismo, pero eso suponía irse a Madrid, y a mi padre no le gustó la idea. Entonces hice esta carrera, que me diera la opción de salir de León porque yo lo quería era volar. Cuando estaba estudiando esta carrera, se cruzó en el camino mi marido, y ya decidimos casarnos, y pronto nacieron mis dos niñas”, recuerda.
Pero nada impidió a Camino seguir aprendiendo, y enseñando, porque lo que hizo fue “quedarme como profesora, aunque el gusto por la moda seguía ahí”. Y prueba de ello es que cuando estaba embarazada, ella misma se diseñaba la ropa. Entre diseño y diseño, la leonesa tuvo una idea: abrir su propia tienda con su hermana: “Era multimarca. Teníamos moda española, pero también de importación. La tienda estaba en el mismo edificio donde yo vivía, así que yo podía conciliar muy bien y tener una vida muy organizada”, asegura.
Uno de los grandes cambios de su vida llegó cuando se mudó a Madrid: “Mi marido era abogado y tenía su despacho en Madrid. Llegó un punto en que pensé que era lo mejor y nos fuimos. Cerramos la tienda y comenzó una nueva etapa”, nos comenta.
Camino decidió entonces adaptarse primero a la “gran ciudad”. Y en el verano de 1985 cuando llegó a Madrid, decidió que podía quedarse en casa cuidando a su tercer hijo, que entonces tenía dos años, pero con el mismo deseo de seguir estando presente en el mundo de la moda, de una manera u otra.
“Yo tenía amistad con la dueña de una tienda estupenda en aquel momento, y se quedó sin una colaboradora. Entonces me ofreció el trabajo y yo le pedí conciliar, que en ese momento era una forma de trabajar un poco novedosa, y aceptó. Me empecé a ocupar de la decoración de la tienda, viajaba a la compra de colección, trataba con la empresa, con las estilistas… Estaba también en las campañas de fotos. Fue una escuela espectacular. Ahí estuve seis años y todas las tardes podía estar con mis hijos”.
En el año 1992 Camino decidió dejar la moda en un segundo plano y estudio Historia de las Antigüedades, y fundó con una amiga de la carrera una empresa de cerámica pintada a mano, que se llamó Barro y Seda.
Instagram y su faceta como modelo
Después de la cerámica, Camino fue embajadora de algunas marcas, pero aún no tenía redes sociales: "Me diagnosticaron una enfermedad autoinmune y necesitaba reposo absoluto. Entonces la mujer de un sobrino me habló de Instagram y me animó a compartir mis conocimientos a través de las redes. Y eso es lo que hice. Al principio subía fotografías de bodegones, antigüedades... Y llegó un momento en que me planté y dije: si en seis meses vuelvo a tener trabajo, dejo esto porque me llevaba mucho tiempo, y no le veía sentido, pero al poco tiempo me empezaron a escribir, y se abrió una puerta increíble con la que yo no contaba".
"Gustaba mi pelo, mi imagen, lo que contaba. Luego descubrí que soy fotogénica, y todo esto me fue llevando a otras cosas. Son sorpresas que te da la vida. Me fui arriesgando, y así llegó el primer anuncio". Y ahora ya tiene una marca personal consolidada y única.
Su pelo blanco se ha convertido también en una manera de lanzar un mensaje contra el edadismo: “Esa frase de que a partir de los 50 nos volvemos invisibles es demoledora, pero no es verdad: nos volvemos mucho más interesantes y nosotras mismas tenemos que creérnoslo”, nos comentaba en una entrevista a este medio hace unos años.
"Tenemos que exigir que se nos vea y que haya esa visibilidad. Somos un colectivo importantísimo, porque somos unos consumidores muy responsables e inteligentes que valoramos muchísimo la calidad", apuntaba.
Con el objetivo de seguir siendo visible, Camino ha decidido dar el salto al mundo de la literatura y ahora está inmersa en una novela "que tiene que ver con mi biografía, pero también habrá ficción".
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.