Rosa María Menéndez, científica visionaria y primera mujer en presidir el CSIC

La investigadora y química asturiana, Rosa María Menéndez López (Cudillero, 1956) es una de las científicas femeninas más reputadas de nuestro país. Ejemplo de mujer que rompe techos de cristal, se convirtió en 2017 en la primera presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (@CSIC), cargo que ha ostentado hasta 2022. Con ello acabó con 80 décadas de liderazgo masculino de la entidad científica por antonomasia de nuestro país. "Peleando se consigue todo”, afirmaba en una entrevista. Es además una de las promotoras de la Fundación Margarita Salas, para la defensa y promoción del papel de la mujer en la ciencia y ha sido presidenta de diversas asociación relacionadas con la energía tanto nacionales como internacionales. Desde la European Carbon Association a miembro del Consejo Rector de la Agencia Estatal de Investigación.

Rosa María, mujer de ciencia, estuvo a punto de de ser profesora de instituto de secundaria. Pero ante la ausencia de oposiciones tras acabar la carrera de Químicas en la Universidad de Oviedo, le surgió la oportunidad de hacer la tesis doctoral en un centro del CSIC, en el Instituto Nacional del Carbon (INCAR). Allí fue cuando comenzó su "vocación científica" y donde empezaría una carrera de años de duro trabajo, que llevaron a desarrollar una importante labor investigadora centrada fundamentalmente en materiales y energía. A Menéndez le tocó gestionar una de las épocas más difíciles con el azote de la pandemia y la incansable búsqueda de vacunas españolas contra el covid. Echando la vista atrás, la investigadora asturiana confiesa en varias entrevistas "que los primeros días llevando el timón del mayor buque de la ciencia fueron “difíciles” pero dice estar “contenta” con los pasos dados desde entonces".

Referente internacional del estudio del carbono

En los años 90 puso en marcha el grupo de Materiales Compuestos de dicho instituto y en mayo de 2003 accedió, mediante un proceso de promoción interna, a la escala de Profesores de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, para más tarde convertirse en vicepresidenta de Investigación Científica y Técnica del CSIC. Además, fue directora de Instituto Nacional del Carbón entre 2003 y 2008, por lo que gran parte de su labor investigadora se ha centrado en la optimización de los procesos de conversión del carbón y sus derivados, que incluyen almacenamiento de energía y reactores nucleares de fusión.

Rosa Menéndez ha participado en más de 30 proyectos de investigación europeos y nacionales y publicado más de 200 artículos en revistas. Entre ellos ha sido miembro del High-Level Group of the Governance of the European Research Area (ERA) y también integrante del Comité Asesor Técnico y de Explotación del proyecto DECARBit y del Comité de Programa del Carbón y del Acero (RFCS). Ha sido presidenta y vicepresidenta de comités de expertos para la revisión del programa de energía no nuclear en los Programas Marco V y VI. Hasta 2022 fue vicepresidenta de "Science Europe" .

Una visionaria del grafeno, el material del futuro

En los últimos años, además de su interés científico en las tecnologías limpias del carbón y del petróleo, ha iniciado una nueva línea de investigación sobre las perspectivas que ofrece el grafeno – el material más delgado y resistente del mundo–, que ha provocado un auténtica revolución científica y mediática y en la actualidad se investiga sobre sus posibles aplicaciones en campos tan diversos como el sector energético, el electrónico, las comunicaciones o la biomedicina.

Una trayectoria de más de tres décadas que ha sido reconocida por diversos premios como el Premio DuPont de la Ciencia y premio de la Asociación Española de Materiales por su carrera científica. También con el Shunk Carbon Award, por su contribución al desarrollo de la Ciencia de los materiales de Carbono y ganadora de la III Edición de los Premios el Talento de Cinco Días y Human Age Institute, que reconocen el conocimiento, la actitud y el compromiso. Este año, Oviedo ha inaugurado una calle con su nombre, reconociendo toda una vida dedicada a la ciencia.