Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
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Viernes 8 de julio de 2022
ACTUALIZADO : Viernes 8 de julio de 2022 a las 10:23 H
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Aunque estés de vacaciones y quieras cambiar tus rutinas o sientas la tentación de abandonarte al dolce far niente, recuerda que hay algunos hábitos que no debemos abandonar, ni en vacaciones. Porque estas acciones estructuran tu día y marcan la diferencia.
Todos deseamos vivir una vida activa durante el mayor tiempo posible. Y este objetivo depende de una óptima salud mental. En lo que respecta a la aptitud física, la mayoría de las personas tienen una idea de lo que se debe hacer para mantenerse en buena forma. Pero ¿qué pasa con nuestros cerebros? ¿Qué podemos hacer para mantener nuestras capacidades mentales intactas?
El cerebro es un órgano increíblemente complejo, con 100 mil millones de neuronas transmisoras de información, pero los malos hábitos de salud pueden provocar lentitud mental, olvido y otros síntomas que afectan nuestra funcionalidad e independencia. Por ello, es muy importante mantener estimulada nuestra mente con actividades que nos supongan pequeños retos cada día, tal y como indica la Fundación Pascual Maragall.
Para mantener nuestro cerebro activo, una de las actividades más reconocidas que podemos llevar a cabo es la lectura. También son muy recomendables el ajedrez y todos los juegos de mesa, como hacer puzzles ya que muchos de ellos requieren habilidades de cálculo, de memoria reciente y de capacidad de previsión. Las investigaciones han demostrado que el sudoku, los pasatiempos y este tipo de juegos reducen el riesgo de deterioro de la memoria relacionado con la edad.
Todo lo que implique aprender y adquirir nuevos conocimientos favorecerá nuestra actividad cognitiva, ya sea tomar clases de una manualidad o el aprendizaje de un idioma.
Otra parte fundamental para la salud cerebral tiene que ver con nuestras relaciones sociales. Salir de casa y mantenernos activos en nuestra vida social, bien sea con nuestra familia o nuestros vecinos, es una prioridad. Conversar con gente y estar al día de las novedades nos ayuda a tener un cerebro joven. Formar parte de una asociación o un club con personas con las que podamos compartir una afición o realizar un voluntariado es una forma de reactivar nuestras amistades.
Es importante insistir en adoptar una rutina de ejercido físico que podamos mantener todos los días como, por ejemplo, salir a caminar a ritmo rápido durante 30 minutos, ir al gimnasio, practicar algún deporte o hacer una tabla de ejercicios en casa. Todas las actividades que impliquen movimiento, como la limpieza del hogar, bailar o jugar con los nietos suman para conseguir llegar a los 150 minutos de ejercicio moderado que Organización Mundial de la Salud recomienda para los adultos.
Una gran cantidad de estudios han relacionado las mejoras cognitivas después del ejercicio (principalmente aeróbico, como correr y andar en bicicleta) con el aumento de la capacidad del corazón, los pulmones y la sangre para transportar oxígeno. Como resultado, se han reportado efectos cerebrales positivos, como un aumento en la cantidad de vasos sanguíneos y sinapsis, aumento del volumen cerebral y disminución de la atrofia cerebral relacionada con la edad.