5 soluciones para reparar tu suelo de madera o parqué

Nadie puede negar la calidez que aporta al ambiente el suelo de madera o parqué, igual de innegable es que son pavimentos delicados que requieren mayor cuidado. Como norma general diremos que, aunque estos suelos están barnizados es aconsejable aplicar una cera muy líquida a base de silicona para proteger y conseguir que el barniz dure más.

Si con todo, eres de los que tiene arañazos en la zona de las sillas o sillones, algunas zonas en las que el suelo se ve deteriorado o con aspecto viejo y el presupuesto no te da para cambiar el suelo, presta atención que tenemos algunos trucos caseros que te pueden ayudar.

Eliminar rayas

Frota suavemente la raya con un estropajo evitando extender en exceso la zona dañada; añade una pizca de betún marrón a la cera para suelos y mézclalo bien hasta que tome color. Por último, unta un paño en esa mezcla y aplica sobre la raya hasta que cubra.

Quitar arañazos

Una medida preventiva ante los arañazos son las conocidas gamuzas o protectores que se ponen en las patas de los muebles, pero si has llegado tarde y ya tienes esos arañazos disimúlalos rascándolos con papel de lija muy fino. Quita el polvo resultante con un trapo teniendo cuidado de no provocar nuevas rayas y finalmente, aplica una capa muy fina de aceite de linaza.

El quitamanchas más natural

Como siempre viene en nuestra ayuda el vinagre. Es un excelente protector antimanchas, pasa la fregona humedecida con vinagre por las zonas de paso donde el parqué se mancha con más frecuencia y verás como el vinagre lo evitará en gran medida.

Ajo, el remedio para atrevidos

Rellenar la raya o el arañazo del suelo frotando un diente de ajo; dejar secar y pasar una lija fina para eliminar el sobrante. Es un remedio eficaz, pero te tienes que llevar bien con este alimento y su olor.

Suelos que crujen

La madera y el parqué tienen otro enemigo, además de los arañazos, en ocasiones hacen ruidos o crujen cuando los pisamos. Te damos una solución muy sencilla: espolvorea las juntas con polvo de talco; con un cepillo o escoba ayuda a que penetre bien y termina dando unos saltitos encima de la tabla o la madera que estás tratando para que se introduzcan hasta el último rincón. ¡Listo, ya no cruje!