Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLimpiar las tuberías es una de las tareas más olvidadas en el mantenimiento de nuestra casa y, no obstante, cuando se atascan o fluyen mal es de los problemas más pesados de resolver. Por ello, te dejamos unos trucos y consejos para hacer el mantenimiento de manera sencilla y que la luz de las tuberías se mantenga siempre despejada, en perfecto funcionamiento y alargar su tiempo de vida.
Aunque no vemos las tuberías debemos prestarle la atención y cuidados necesarios para que siempre estén en perfectas condiciones. No debemos verter en ellas sustancias que puedan dañarlas, obstruirlas como puede ser harina, grasa y pan rallado que en contacto con el agua forman una pasta que se adhiere a las paredes de las tuberías pudiéndolas obturar. Antes de echar en el fregadero cualquier sustancia de estas debemos asegurarnos de haberlas retirado en el lugar que les corresponde: restos de comida en la bolsa de productos orgánicos y la grasa en los botes para reciclar aceites.
Si los hemos vertido sin darnos cuenta en el fregadero, los retiraremos con un trozo de papel absorbente, que tiraremos a la basura y pasaremos agua caliente.
Para mantener las tuberías en perfecto estado es recomendable limpiarlas periódicamente con una solución de agua caliente, vinagre y bicarbonato, ellos ayudarán a eliminar malos olores que se producen por la proliferación de las bacterias y otros residuos.
La mejor manera para limpiarla será verte primero media taza de bicarbonato de sodio por la tubería y actor seguido media taza de vinagre de vino blanco. A continuación, taparemos el orificio de la tubería y dejaremos que actúe durante 15 minutos. La mezcla del vinagre y el bicarbonato hará una ebullición dentro de la tubería. Pasados los 15 minutos verteremos abundante agua hirviendo.
Las tuberías, al igual que los vasos y la vajilla no están exentas de acumular cal, lo que puede llegar a obstruir el flujo del agua. Para eliminar los restos de cal en las tuberías podemos usar ácido muriático, un excelente desincrustante que hay que utilizar con todas las precauciones no exponiéndonos ni a los vapores ni a salpicaduras, usando guantes, mascarilla y gafas. Para retirar la cal disolveremos una parte de ácido muriático por cuatro partes de agua, en este orden.
Si encontrar ácido nos resulta complicado o prepararlo puede ser engorroso, en el mercado existen productos específicos para limpiar las tuberías, hacerles un buen mantenimiento o desatascarlas. Lo importante es tener claro cuál es el problema para hacerlo con el producto adecuado y, por supuesto, leer con atención el modo de empleo. Si vamos a comprarlo a la droguería, el vendedor siempre nos aconsejará sobre el producto adecuado y estará encantado de explicarnos cómo proceder.
Comentábamos al inicio que hay que prevenir los atascos, especialmente ante grasas y harinas. Existen otras medidas preventivas complementarias que nos ayudarán a mantener un buen drenaje, impidiendo que se cuelen objetos y restos de comidas que serían más difíciles de eliminar y que en el interior de la tubería podrían ir acumulando más restos hasta atorar la luz. Podemos utilizar una malla de drenaje, que igualmente mantendremos siempre limpia para evitar que sea foco de infecciones y malos olores. Finalmente, también podemos adoptar la costumbre de verter una vez por semana un buen cazo de agua caliente para evitar que se acumulen restos de jabón y grasa.