Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl uso de mascarillas está provocando en muchas personas la aparición de puntos negros, espinillas y granos. Se trata del denominado "maskné", acné mecánico o acné por fricción, causado por un objeto que retiene el sudor contra la piel y que la frota, causando una mayor producción de sebo. En este caso, la afección cutánea es provocada por el uso prolongado de mascarillas faciales que implican calor y oclusión para la piel de la cara, generando un ambiente húmedo al respirar, hablar o sudar, de forma que los poros se obstruyen y pueden convertirse en granos o quistes de acné.
El Grupo de Dermatología Pediátrica de la AEDV nos recuerdan que el empleo prolongado de mascarillas también puede derivar en el empeoramiento de otros problemas dermatológicos como son la rosácea, la urticaria por presión, la dermatitis de contacto o por fricción. “Es fundamental mantener una correcta hidratación, para evitar lesiones cutáneas por fricción, así como adaptar el tipo de crema. Ahora que las pieles se vuelven más grasas debido a la oclusión que genera la mascarilla, hay que optar por cremas más ligeras”, apunta el dermatólogo Raúl De Lucas.
Para ayudar a evitar que se desarrollen problemas en la piel debajo de la mascarilla, la Academia Americana de Dermatología nos ofrece algunos consejos:
-Lavarnos la cara con un limpiador suave que no contenga fragancias ni aceites y enjuagar con agua tibia antes de ponernos la mascarilla.
-Aplicar una crema hidratante que también actuará como una barrera, reduciendo la fricción. Debemos aplicarla sobre el rostro limpio antes y después de usar una mascarilla. En este sentido, las ceramidas, el ácido hialurónico y la dimeticona brindan una protección adicional.
-Olvidarnos del maquillaje, ya que usarlo debajo de la mascarilla provoca la obstrucción de los poros.
-Proteger los labios aplicando vaselina, ya que la piel seca y los labios agrietados son problemas comunes de la piel con mascarillas faciales.
-Lavar la mascarilla después de cada uso, si es de tela, ya que su superficie contiene suciedad y aceites que pueden convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias.
Además, debemos evitemos probar nuevos productos para el cuidado de la piel que puedan irritarla. Para reducir los problemas de la piel, evitemos probar productos agresivos, como un peeling químico, exfoliantes o retinoides. En el caso de que ya estamos usando una crema con retinol, deberemos aplicarlo a la hora de acostarnos vigilando la cantidad.
Podemos lavar nuestra mascarilla de tela en una lavadora o a mano, puesto que ambas formas eliminan los gérmenes y otras partículas, pero siempre siguiendo las instrucciones de lavado de cada fabricante. Lavarla con agua caliente, a menos que las instrucciones indiquen lo contrario, y utilizar un detergente para ropa hipoalergénico y sin fragancia son recomendaciones a seguir.
Además, los dermatólogos aconsejan descansar de la mascarilla unos 15 minutos cada 4 horas y evitar un ajuste demasiando ceñido, ya que así reduciremos los problemas de la piel. Si la mascarilla está demasiado ajustada o, por el contrario, se desliza por la cara, puede causarnos irritaciones.
La tela que escojamos también es importante, ya que las telas sintéticas, como nailon, poliéster y rayón, en la capa que descansa sobre la piel, pueden irritarla más fácilmente.
Si a pesar de las precauciones, surge un problema dermatológico o un agravamiento de una enfermedad previa, se debe recurrir al dermatólogo para realizar un diagnóstico y tratamiento específico.