Todos los días se aprende algo nuevo, y son muchas las sorpresas que uno se lleva al descubrir que un objeto cotidiano tiene más de una función, o incluso un mecanismo oculto que nos puede facilitar la vida. Y esto suele ocurrir con la mayoría de productos que usamos diariamente: los azucarillos alargados, la parte curva de la base de la botella, el agujero de los bolígrafos Bic, o de los chupachus... tienen una función concreta, más allá del diseño.
Otras veces, es la propia astucia del consumidor la que puede dar con una solución, que no se le había ocurrido al propio inventor. Erika Lopategui compartió en su perfil de Twitter el uso que se le puede dar a la anilla, que viene debajo de los tampones de las botellas de aceite.
No sirve para todas las botellas
Según ella, es un error tirar esta anilla: "Lo sacas y lo pones dado la vuelta y miren cómo cae el aceite", explicaba junto con un vídeo donde puede verse que, en efecto, Erika tiene razón: la anilla encajaba a la perfección, y no se hundía al tratar de colocarlo de forma invertida, ya que el cuello de la botella tiene unas pequeñas pestañas. Y así, con este simple gesto, se puede controlar la cantidad de aceite que cae de esa botella, pero no especifica si este truco podría aplicarse a otro tipo de botellas.
Algunos usuarios probaron el truco de Erika, y no tuvieron tanta suerte, y o bien se les ha colado la anilla dentro de la botella, o se caía sobre el plato al echar el aceite.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.