Toni Esteve
Practicopedia
Aquaplaning, qué es y cómo evitar sustos en la calzada
Después de un temporal de nieve, el agua puede hacer todavía más peligrosos algunos desplazamientos
Estos días, en que nos ha afectado de pleno el paso por España de la borrasca Filomena, se han hecho virales algunos vídeos de coches resbalando sobre la nieve sin control y chocando con otros vehículos parados o estacionados en calles, sin que nadie pueda hacer otra cosa que esperar a que algún obstáculo se interponga en la trayectoria de los afectados y detenga bruscamente su deslizamiento. No son imágenes muy distintas de las que han circulado por las redes con ocasión de algún otro temporal de nieve o un episodio de lluvias muy abundantes.
Lo peor del temporal que ha cubierto de nieve gran parte de España ya ha pasado, sin embargo la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya ha avisado que, ahora, la entrada desde el noroeste del anticiclón atlántico se irá extendiendo sobre la Península y traerá un fuerte descenso de las temperaturas. Con esta ola de frío, se producirán heladas generalizadas con lo que pueden formarse placas de hielo en las carreteras y, más allá de esa fecha, el deshielo y las lluvias pueden provocar el fenómeno conocido como aquaplaning, que se produce cuando las ruedas de un vehículo pierden agarre y dejan de contactar con el asfalto debido a la acumulación de una gran cantidad de agua en la calzada. En esta situación, el conductor pierde el control y no puede frenar o girar. Según el RACE, esta capa de agua que se forma entre la goma y la superficie del neumático “se produce porque la presión del agua empuja por debajo del neumático. Se acumula tal cantidad de agua que el neumático es incapaz de evacuarla”.
Mantener nuestros neumáticos en buenas condiciones nos ayudará siempre a mantener el control del vehículo, pero en situaciones como las descritas, el RACE recomienda tomar una serie de precauciones extra:
-Reducir la velocidad: cuando circulamos a baja velocidad, los neumáticos son capaces de golpear y cortar el agua acumulada. Es decir, “son capaces de evacuarla correctamente, manteniéndose en contacto con la calzada”. Por el contrario, si avanzamos a alta velocidad, el agua se acumula en la parte delantera de los neumáticos y “acaba elevando los neumáticos de la superficie de la carretera”.
-Utilizar neumáticos con el dibujo y la presión adecuados: el diseño del dibujo del neumático puede ayudar a canalizar mejor o peor el agua, ya que si está desgatado y ha perdido profundidad “la evacuación será menos efectiva (la legal es de 1,6 mm, pero la recomendación es que la profundidad esté por encima de los 2 mm)”. Por lo que respecta a la presión del neumático, tanto una presión excesiva como una que se encuentre por debajo de lo que recomienda el fabricante pueden ser igualmente contraproducentes. El RACE también considera que los vehículos 4×4 pueden tener más riesgo de sufrir aquaplaning que los de tracción en dos ruedas; y que el peso del vehículo también influye: “cuanto más ligero, más riesgo”.
Cómo actuar
Si estás sufriendo un episodio de aquaplaning en una recta, desde la Fundación Mapfre recomiendan “mantener la calma y no hacer nada con el volante, mantenerlo quieto y soltar el acelerador suavemente. Una vez que el coche disminuya de velocidad podrás recuperar el control”. Cuando el coche recupera la adherencia a la calzada, hay que ir colocando progresivamente las ruedas en la dirección de la vía y acelerar con mucha suavidad.
Si esto te ocurre en una curva, el procedimiento a seguir es el mismo, solo que en vez de dejar quieto el volante, desde la Fundación advierten que “lo que debes hacer es girarlo lo justo para trazar la curva por la que circulas. No lo gires más de la cuenta, por lo menos hasta que el coche no recupere el agarre”.
En cualquier caso, los expertos advierten que es muy importante no accionar los frenos en una situación de aquaplaning, puesto que, si lo hacemos, cuando las ruedas vuelvan a tener adherencia quedarán bloqueadas y perderemos el control del vehículo.
Por último, no olvides llevar siempre contigo en el coche un chaleco reflectante, dos triángulos de señalización, pinzas de arranque, cadenas en invierno e incluso una manta, por si hay que esperar dentro del coche, o un botiquín. Unos guantes también resultan muy prácticos, en caso de que tengas que cambiar alguna rueda o hacer alguna pequeña reparación. En este sentido, es importante llevar una rueda de repuesto con la presión correcta y las herramientas necesarias para poder cambiarla, así como un kit para arreglar posibles pinchazos.