Llega la primavera, y con ella, la oruga procesionaria del pino, un tipo de animal que destaca por su belleza pero también por su peligrosidad.
Típico de Europa del Sur y de América, puede presentarse en forma de plaga que inunda parques y jardines y a las que se acaban exponiendo en mayor o menor medida tanto humanos como animales –suelen estar en el suelo o en paredes y árboles.
Por ello, desde la Policía avisan: esta oruga es "peligrosa para los niños y mortal para los perros".
Y es que las procesionarias constituyen un problema de salud pública ya que los pelos que las recubren pueden desencadenar urticaria e irritaciones en los oídos, nariz o garganta y otras reacciones alérgicas.
Existen distintos método de control para la oruga procesionaria. Cada municipio adopta el suyo en función de sus necesidades y presencia de estos animales.
Además de recurrir a podas controladas se pueden utilizar distintos tipos de insecticidas, introducir aves insectívoras o emplear trampas con feromonas sexuales de las hembras para impedir su fecundación.
Observa bien esta foto🎞
Es la oruga procesionaria🐛🐛 del pino. Es peligrosa para los niños👦👧 y mortal para los 🐶
En caso de contacto⤵
- no frotes la zona
- lávala con agua
- acude al médico/veterinario pic.twitter.com/RKqWl8hDMD
Pero si estas técnicas no han bastado, lo primero que recomiendan con estas orugas es no tocarlas ni acercase a sus nidos.
Tampoco es prudente retirarlas por nuestra cuenta y es importante vigilar bien a niños y mascotas para que no se acerquen.
Además, puede ser buena idea cubrirse la piel y los ojos con gafas y gorra para que no te alcancen los pelos, puesto que pueden dispersarse por el aire y acabar en contacto con tu cuerpo. Por esta razón, también es buena idea ducharse tras el paseo.
Con todo, si has tenido mala suerte y has tocado esta oruga, la Policía pide no frotar la zona, lavarla con agua y acudir al médico o veterinario en caso de cuadro grave.
Los síntomas son:
Aumento de la salivación
Picazón e urticaria
Inflamación de la zona de contacto
Lengua roja, amoratada o negra
Dolor marcado
Comportamiento inquieto o nervioso
Vómitos
Sobre el autor:
Raúl Arias
Raúl Arias es periodista especializado en Política, Economía y Sociedad. Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en diferentes medios de tirada nacional, siempre pegado a la actualidad.