Carne picada: ¿qué hay en las bandejas que compramos en el supermercado?

Las llamamos del mismo modo, su aspecto es prácticamente el mismo, y sin embargo, son dos productos diferentes. Hablamos de la carne picada de vacuno preparada en una carnicería directamente de una pieza de añojo y las bandejas de carne picada que se venden envasadas en los supermercados e hipermercados.

Así lo exponen en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que apuntan que “junto a la carne picada envasada, hemos encontrado también productos que en realidad son preparados de carne picada o burger meat: no son productos malos, se pueden consumir sin problemas, pero no es lo mismo que la carne picada”.

Es decir, hay una tercera categoría que tener en cuenta a la hora de elegir qué producto comprar.

Tres productos diferentes

Partiendo de estas diferencias expuestas por la OCU, hay que distinguir por lo tanto tres tipos de alimentos diferentes.

Carne picada

Carne picada propiamente dicha, es decir, solo es carne que acaba de ser picada directamente. Suele comprarse en las carnicerías y tiene una caducidad menor, ya que en un máximo de 24 o 48 horas deberá ser consumida o congelada si se quiere comer más adelante. Desde la OCU aseguran que “en la carne picada, el contenido máximo de grasa es el 20% y la relación colágeno/proteína debe ser del 15%. Con estas cifras se garantiza que la carne cumple unos estándares de calidad”.

Después de analizar algunas bandejas de carne picada y burger meat que se vende envasada en los establecimientos, esta organización también considera que no existen productos cuya calidad se acerque a la carne picada “pura”. De hecho, de las 22 muestras que analizaron en el último estudio de 2017, solo seis de ellas resultaron medianamente recomendables, desaconsejando la adquisición de las 16 restantes.

Preparados de carne picada

Son aquellos que se venden como carne picada en los envases que vemos en todos los supermercados e hipermercados. Suelen ser muy demandados por los usuarios por el simple hecho de la comodidad y rapidez que supone su compra. No hay que esperar a que el carnicero la prepare, ya viene envasada en un formato adecuado y además suele tener una mayor duración, es decir, tarda menos en echarse a perder.

Obviamente esto es así por los elementos que los preparados incorporan con el objetivo de que sean más duraderos (cereales, especias, sal…) y, por lo tanto, le ofrezcan esas facilidades a los usuarios. Eso sí, la mezcla deberá estar especificada en la etiqueta, de manera que si el comprador lo desea, pueda informarse pormenorizadamente de lo que está adquiriendo. Por regla general, el porcentaje de carne oscilará entre el 70% y el 97%.

'Burger meat' 

En este caso el preparado además incorpora sulfitos y colorantes que tienen como finalidad que resulte mucho más atractivo a la vista y que su vida sea mucho más longeva. “Como cualquier otro preparado, también debe indicar el porcentaje de carne que lleva. No hay requisitos de calidad mínimos para el Burger Meat”, explican en la OCU.

Menos aditivos y mejores etiquetados

Esta situación es la que ha llevado a que desde la Organización de Consumidores y Usuarios se solicite ante esta situación que:

• Se limite la utilización de aditivos en carnes: “aditivos como sulfitos y colorantes hacen que el color de la carne sea bueno y se mantenga así por mucho tiempo, incluso cuando está ‘pasada’: esto puede dar pie a que un consumidor piense que está en buenas condiciones sin que sea cierto”.
• Se lleve a cabo una labor exhaustiva de cara a optimizar el etiquetado de los productos. “Nos parece importante que la denominación real del producto esté bien clara, aparezca en el frontal en un buen tamaño de letra... y se eliminen otro tipo de menciones que inducen a error al consumidor: no queremos #EtiquetasTrampa”.

Consejos para el consumidor

Así pues, cuando una persona va a comprar un producto de estas características debe tener en cuenta una serie de apuntes:

• Obviamente, todos los productos son comestibles y han pasado los exámenes correspondientes.
• Si quieres una carne picada de calidad sin más componentes que la propia carne, lo mejor será que vayas a la carnicería a pedirla y que te la preparen en el momento. Después, como se ha apuntado anteriormente, habrá de ser ingerida con un plazo máximo de dos días.
• Si prefieres un preparado de carne picada en bandeja para que te dure más y porque no tienes tiempo de ir a la carnicería (o porque consideres que es más barata), fíjate bien en la etiqueta y elige la que menos componentes ajenos a la carne presente. Asimismo, observa qué cantidad de grasa incluye (no es recomendable que supere el 20%) y cuál es el tanto por ciento de vacuno que hay (puede haber trazas de otros tipos -como es el caso de pollo o de cerdo- pero nunca pueden superar el 1%).