Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl invierno afecta a todo nuestro organismo, y también a la piel que se encuentra expuesta a las inclemencias climatológicas, siendo las zonas más sensibles a las bajas temperaturas las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos. Por todo ello, estos meses de más frío debemos hidratarla a diario e incluso varias veces al día. En especial, las personas que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis…) o tienen la piel muy sensible a los cambios de temperatura, tal y como indica la Academia Española de Dermatología y Venereología (@aedv_es).
El clima invernal afecta la barrera protectora de la piel. Las temperaturas frías, el viento y la calefacción son las responsables que la piel pierda su capacidad para mantener y atrapar la humedad en las células, por lo que aparecen problemas como el enrojecimiento, el acné y los signos de la edad se ven más pronunciados de lo habitual, lo que nos obliga a cambiar nuestra rutina de higiene e hidratación para poder seguir luciendo una piel sana y bonita.
Durante estos meses es recomendable lavarnos la cara con jabones suaves que no contengan laureth sulfato de sodio, que podrían irritar aún más la piel seca. Así como usar un exfoliante suave no más de tress veces por semana, después de la limpieza habtual, para continuar con una crema hidratante, que deberemos aplicar cada maña y nocho o cada vez que notemos la piel tirante e incómoda. En esta época, es normal pasar a una fórmula más cremosa y nutritiva que utilizamos en los meses de calor. Así, los principios activos más recomendados para pieles no sensibles son: la vitamina C, el ácido retinoico, el ácido glicólico y los hidroxiácidos. Sin embargo, hay pieles intolerantes que deben utilizar sustancias calmantes, vasoconstrictoras y descongestivas, como el dexpantenol, alfabisobolol, rusco, ácido glicirrético… Además, las personas con piel sensible deben evitar productos que contengan alcohol, conservantes o perfumes, recuerda la AEDV. También ayudan los cosméticos con plantas adaptógenas (rhodiola, salvia, ginseng, cactus Opuntia…), que son aquellas que han tenido que desarrollar sus propios mecanismos de defensa.
En el resto del cuerpo, igualmente, aplicaremos una crema emoliente y tendremos presente que la hidratación no solo debe cultivarse desde fuera mediante fórmulas de cuidado nutritivas, sino que beber agua también es importante.
Del mismo modo, los dermatólogos nos recuerdan que la protección solar es un cuidado imprescindible, no solamente durante los meses de verano, sino que hay que repetir los 365 días del año, cuando nieva es aún más necesario porque mientras la arena sólo refleja un 15% de la radiación solar, sobre la nieve el porcentaje puede llegar al 85%.
Estos meses de frío, llevar la mascarita sanitaria no resulta tan incómodo como en verano, e incluso podemos llegar a pensar que nos protege del frío, pero los especialistas avisan del exceso de sudoración y transpiración que provoca el llevar el rostro tapado durante horas, con un elevado porcentaje de personas que experimentan una mayor sequedad en los labios, y problemas en piel del contorno de la boca y mentón. Por ello antes de ponernos la mascarilla, realizaremos una higiene facial, utilizando agua y limpiadores no jabonosos, y evitaremos la aplicación de maquillajes. Escoger la mascarilla más adecuada para nosotros, utilizándola el tiempo imprescindible, y en los períodos que estemos sin utilizarla, aplicarnos un emoliente adecuado son recomendaciones de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (@SEMG_ES).