Anna Blanco
Practicopedia
Acaba con las manchas de óxido de la bañera
Su aparición es difícil de evitar, pero con unos sencillos remedios podemos eliminarlas
El contacto permanente con el agua y los elementos de metal de la bañera provoca a la larga la aparición de manchas de óxido. Se trata de la corrosión de estos elementos metálicos como la válvula de desagüe, rebosadero o grifos. Su aparición es algo común, pero debemos actuar lo antes posible puesto que si no lo hacemos la corrosión se puede extender y cada vez será más difícil quitarla.
Por tanto, ante los primeros indicios de óxido debemos aplicar alguno de los remedios que os comentamos a continuación, utilizaremos productos caseros como el limón, la sal, el bicarbonato o el vinagre ya que sus propiedades ácidas ayudan a eliminar el óxido con facilidad.
Con sal y limón
Nuestro primer consejo para una bañera sin óxido combina el limón (zumo de una pieza) con la sal de cocina por sus propiedades abrasivas (un cuarto de vaso). Primero debemos echar el zumo de limón las zonas afectadas por el óxido para luego cubrir esta zona con sal. Una vez hecho esto, dejamos que actúe la mezcla durante unas 4 horas para luego enjuagar bien con agua fría (si es necesario, pasamos un paño húmedo para eliminar los restos que puedan quedar).
Con vinagre
Otra forma de acabar con el óxido en la bañera es utilizando vinagre con el que rociaremos la zona afectada directamente con un buen chorro. Ante manchas de óxido difíciles mejor si además empapamos un trapo con vinagre y frotamos con fuerza. A continuación, dejamos actuar para que las propiedades ácidas hagan su trabajo. En cuanto veamos que la mancha está más clara (porque va desapareciendo), aclaramos la zona con bastante agua fría. Es posible que la mancha no desaparezca del todo con un único intento si el óxido está muy incrustado porque lleva lleva tiempo ahí por lo que es aconsejable repetir el proceso las veces que sea necesario porque cada vez conseguiremos dejar menos óxido hasta acabar con él por completo.
Con bicarbonato de sodio
Para este remedio además del bicarbonato de sodio (una cucharada) también utilizaremos cremor tártaro (una cucharada de esta sal ácida muy utilizada para hacer recetas de repostería) y el zumo de un limón. En un recipiente echamos los tres ingredientes y mezclamos hasta conseguir una pasta consistente con la que cubriremos bien la mancha de óxido. Debemos dejar actuar durante, al menos, una hora. Transcurrido este tiempo, frotamos bien la zona afectada por el óxido con un cepillo y vertemos agua fría para acabar de enjuagar, quitando con un paño húmedo los restos de suciedad.