Anna Blanco
Practicopedia
La alimentación de un perro sénior debe proporcionarle un correcto aporte proteico y de nutrientes
Al igual que las personas, los perros experimentan cambios a medida que van cumpliendo años y es necesario proporcionarles una alimentación acorde con estos cambios para que tengan una buena calidad de vida.
Por norma general, se considera que un perro es senior cumplidos los 8 años, aunque también influye el tamaño a la hora de determinar si un perro ya puede considerarse senior o no. Así, por ejemplo, los perros de mayor tamaño muestran antes los signos de envejecimiento y pueden necesitar cuidados especiales antes. Por el contrario, los de menos tamaño, tienen un envejecimiento más lento, lo que permite que hasta los 10 años no muestren signos. Y, por último, factores como la genética, la nutrición o el entorno también serán relevantes a la hora de acelerar o retrasar el proceso de envejecimiento.
Dicho esto, la alimentación juega un papel relevante a la hora de garantizar unas condiciones óptimas para nuestro querido animal y debemos adaptarla según sus necesidades. Por ejemplo, lo perros senior pueden tener dificultades a la hora de asimilar los nutrientes de un alimento por lo que hay que adecuar su dieta y no sobrecargar sus riñones o su hígado.
Por otra parte, como los perros mayores tienden a ser menos activos, especialmente si tienen problemas de movilidad, pueden tener problemas de sobrepeso que les pueden generar, a su vez, problemas de salud. Por tanto, las dietas para perros de edad avanzada deben tener un menor contenido calórico y un mayor contenido proteico, lo que ayuda a controlar su peso.
Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de alimentar a nuestro perro senior es vigilar que beba suficiente agua porque ahora es muy importante que esté bien hidratado. Ha de tener a su disposición agua fresca cada día y, a ser posible, mejor en un recipiente de metal o cerámico (no plástico).
Por otra parte, debemos tener en cuenta, a la hora de elegir sus alimentos, aquellos que vigilen la aportación de proteína ya que los perros mayores pueden perder proteínas propias a través de la orina. Por ello, es muy importante proporcionarles un menú que contenga suficientes niveles de proteína pero, sobre todo, que esta proteína sea fácilmente digerida. Además, si su veterinario lo ve apropiado, siempre podemos añadir vitaminas a la dieta de nuestro perro para obtener un extra de energía.
Por último, es necesario buscar asesoramiento del profesional veterinario para saber qué dieta es la más adecuada para nuestro perro para asegurarnos que le estamos dando una alimentación completa y que responde a todas sus necesidades para poder seguir disfrutando de nuestros compañeros peludos por mucho tiempo.