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¿Cómo encender el fuego de una chimenea?

Carlos Blanco Cocho

Sábado 21 de enero de 2023

5 minutos

Para conseguir que nuestra chimenea albergue un buen fuego hay que seguir una serie de pasos previos

¿Cómo encender el fuego de una chimenea?
Carlos Blanco Cocho

Sábado 21 de enero de 2023

5 minutos

El invierno ha llegado y, aunque está costando, parece que el frío por fin va a dominar el clima de nuestro país. Sin embargo, debido a la coyuntura económica y política, parece que los precios del gas no van a bajar. Es por ello por lo que nos vemos obligados a pensar en soluciones alternativas. ¿De qué manera podemos ahorrar y calentar nuestra casa al mismo tiempo? Si vives en el campo y cuentas con una chimenea en casa, esa puede ser la salvación. 

Mucha gente que habita el medio rural, cuenta con una en casa, pero, por circunstancias de la vida, tal vez nunca haya aprendido a encender y alimentar el fuego. ¿No consigues que los grandes leños ardan? ¿Tienes la sensación de que armas una buena fogata con periódicos y cartones pero luego se consume sin remedio? ¿Quieres que tu salón esté a la par calentito y elegante, con un imponente fuego presidiendo la estancia? Aquí te lo explicamos todo. 

Lo primero, limpiar

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Antes de ponerse a quemar todos las ramitas y pastillas especiales que hayas comprado, debes tener una cosa muy en cuenta: en una chimenea sucia, no prenden fuegos. Ya sea por el exceso de hollín o por una gran cantidad de residuos de la combustión, si quieres obtener resultados, hay que limpiar. 

Lo primero, la creosota. El hollín, ese compuesto negruzco que se adhiere a las paredes de la chimenea. Y no es baladí. Si se acumula, puede llegar a obstruir los conductos de ventilación, impidiendo que el humo deje la habitación por las vías recomendadas. Los resultados pueden ir desde la intoxicación de tus seres queridos hasta la ignición del hollín, que es altamente inflamable. Como se aprecia, nada muy halagüeño. Para aprender cómo limpiarlo, en este artículo, se explica en detalle. Te adelantamos que vas a necesitar un instrumento llamado deshollinador. 

Más allá de eso, tienes que retirar la ceniza. Su presencia impide que el fuego respire y hace que se consuma irremediablemente. Para quitarla, existen dos opciones. Se puede usar una pala normal y corriente o se puede usted agenciar un aspirador especial para este tipo de tareas. Sea cual sea la alternativa, merece la pena conservar la ceniza si tienes un huerto. Su alto contenido en nitrógeno hace de ella un complemente nutritivo muy beneficioso para las plantas. 

¿Cómo empezar?

Una vez nuestra chimenea se ha quedado sin mácula, llega el momento de encender el fuego. Mucha gente comete el error de comenzar con leños robustos, muy díficiles de prender si no se alcanza una gran temperatura. Para que nuestro fuego dé sus primeros pasos el alimento más efectivo son trozos de madera seca y fina. 

Por los hipermercados y por las tiendas especializadas seguramente encontrarás multitud de productos que están pensados y fabricados para ello. Sin embargo, en caso de que carezcas de ellos, una buena alternativa son los maderos de un palé, palos pequeños, ramitas o, en casos de emergencia, trozos de cartón. 

Una vez reunidos estos materiales, lo siguiente es colocarlos de la manera correcta. Lo importante es que estén lo suficientemente juntos como para que el fuego prenda en todos ellos, pero, al mismo tiempo, lo suficientemente separados para que este pueda respirar y no se ahogue. Además, si dejamos un pequeño hueco, podremos introducir ahí nuestro primer combustible. 

Las piñas secas

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Y es que se necesita un compuesto que arda rápidamente para poder darle el empujón inicial. La opción más fiable son las pastillas de encendido. Pero, si no dispones de ellas, una buena opción puede ser combinar papel y piñas. Estos frutos contienen restos resinosos y prenderán rápidamente si los rodeas de papeles y cartones ardiendo. Sin embargo, has de tener cuidado, pues a veces despiden llamaradas bastante violentas. 

Una vez veamos que todo sigue el curso deseado, que las cosas discurren según el plan establecido, solo tendrás que estar atento a que los respiradores se mantengan abiertos. Así, el fuego podrá seguir recibiendo oxígeno. En cuanto veas que tiene un volumen suficiente, puedes colocar encima leños más grandes, aunque es importante que estén secos. Y, entonces, solo tendrás que recostarte y disfrutar del calorcito. 

 

 

 

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Carlos Blanco Cocho

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