N. Abril
Practicopedia
Cómo hacer las brasas perfectas para tu barbacoa
El carbón vegetal, si es de buena calidad, reduce a la mitad los tiempos de combustión
Las brasas es el quid de la cuestión cuando hablamos de barbacoas. Son la piedra angular en torno a la cual se concentran miradas, comienzan las conversaciones y dependiendo de su estado puede ser el triunfo o no de una buena comida.
Como todo, cada maestrillo tiene su librillo, pero aquí os traemos algunos consejos para hacer unas buenas brasas que den rienda suelta a nuestras ganas de comer.
Lo primero que hay que preguntarse es si queremos hacer unas brasas de leña o de carbón vegetal. La principal diferencia es que este último se convierte en brasa mucho más rápidamente; y si es de buena calidad, no tenemos por qué mirarlo con mala cara porque proviene de la madera y no son artificiales. Para conseguir un carbón de alta gama tendremos que fijarnos en el volumen de los envases. Por ejemplo, tres kilogramos de carbón de calidad ocuparán la mitad que tres de baja calidad, y es que los buenos están hechos con madera dura, que pesa mucho más que una madera blanda y es menos voluminosa. Otro aspecto será el tipo de madera que se haya usado para fabricarlo, podrá ser de quebrancho, de cáscara de coco (que emite menos humo) o de encina, por ejemplo.
Si aun así tenemos tiempo y optamos por la leña, solamente necesitaremos leños secos, y a poder ser también de encina ya que el poder calorífico de esta madera es muy alto.
Otra de las claves, que muy pocas personas conocen, es la importancia de encender el fuego. Hacerlo de la forma corriente es todo un arte, y si lo dominamos conseguiremos un fuego con el menor humo y en el menor tiempo posible. La clave esta en utiliza astillas finas o piñas, y una vez encendidas ir incorporando poco a poco el carbón vegetal o la madera que hayamos elegido. Hay que ir incorporándolo poco a poco ya que el fuego necesita de oxígeno. Si echamos toda la leña o el carbón de golpe, incorporamos papeles o cartones, simplemente crearemos humo y cortaremos el proceso de combustión.
Este proceso de combustión tarde entre 45 y 55 minutos si utilizamos carbón vegetal. Si utilizamos leña, dependerá del grosor y tipo de madera, pero podremos llegar a duplicar este tiempo. Sabremos que el proceso ha terminado cuando ya no queden ningún tipo de llama y que todas las brasas estén incandescentes. Un truco es colocar la mano a 10 centímetros de la parrilla y si a los 7 segundos notamos que nos empezamos a quemar, está lista.
Distintos organismos como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, han alertado sobre el riesgo para la salud de comer los restos carbonizados de los alimentos. Por ello hay que evitar quemar o “chamuscar” la carne, pescado, frutas y verduras que hagamos con estas altas temperaturas. Untar la parrilla con aceite, utilizar marinados, reducir la temperatura de la parrilla y limpiar bien la parrilla tras cada uso ayuda a reducir la exposición a los AH, aminos heterocíclicos que pueden dañar los genes de una persona y aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.