El acero inoxidable es un material que se daña con facilidad, y por eso es muy importante saber cómo limpiarlo, ya que además, cada vez más electrodomésticos están hechos con este material.
Las huellas y la suciedad son mucho más llamativas cuando el acero es de color blanco o negro.
Lo primero que debes saber es que la lejía es su gran enemigo, ya que puede dañarlo y decolorarlo. Por eso es importante que evites a toda costa este producto a la hora de limpiar objetos que estén hechos de este material.
Materiales ásperos o duros tampoco deben utilizarse. La lana de acero, el amoniaco, los polvos para fregar y los productos abrasivos fuertes también deben evitarse.
Cómo se limpia correctamente
Ahora que ya sabes todo lo que no debes utilizar, debes saber que los fabricantes suelen incluir en las instrucciones una serie de pautas para no dañar el material, y conseguir limpiarlo.
Como norma general, los trapos de microfibra, y los productos de limpieza suaves, son los mejores aliados para realizar esta tarea.
Además, desde la web de Consumer Reports aconsejan enjuagar el paño después de limpiar la superficie, y luego continuar. Posteriormente es recomendable secar la superficie con una toalla, para que no queden manchas de agua.
En caso de que halla restos de agua, huellas dactilares u otro tipo de mancha, echa limpiacristales en un paño suave y limpia la mancha.
Para los cubiertos y demás utensilios de cocina, lo mejor es mezclar bicarbonato de sodio en agua tibia, y limpiarlo con un trapo o una esponja. Por último solo tienes que secarlos con una toalla.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.