Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEl polvo se acumula en cada rincón de nuestra casa, incluidas las plantas. Las hojas sufren especialmente con la acumulación de polvo y debemos limpiarlas. Porque una buena limpieza de sus hojas es fundamental para que la planta respire mejor. Te contamos algunos trucos con las mejores formas de limpiar las hojas de nuestras plantas y conseguir así que brillen.
Una primera opción para limpiar las hojas es hacerlo con un paño de algodón suave humedecido en agua, pasándolo de forma suave por cada una de las hojas de la planta. De esa forma, eliminaremos el polvo. Aunque si la planta es muy grande, nos puede llevar mucho tiempo.
Otra forma más sencilla y rápida consiste en quitar el polvo de las plantas con una ducha. Tenemos que meter la planta en la bañera o en la ducha y con la alcachofa vamos limpiando la planta por todas partes. Después, la podemos dejar un buen raro en la ducha para que escurra bien el agua.
A pesar de que estamos hablando de plantas de interior, también las podemos sacar a la calle. Si hace una temperatura suave y disponemos de una terraza o balcón, podemos sacar las plantan al exterior si se pone a llover, siempre que no sea de forma torrencial. De esta forma, las plantas se limpian de una forma más sencilla y natural.
Si además de limpiar las hojas de nuestras plantas queremos que brillen como nunca, podemos usar algunos productos especiales. Estos abrillantadores de plantas incorporan abono, con lo que además aportamos nutrientes porque es un tipo de abono que la planta absorbe a través de las hojas.
También podemos dar brillo a las hojas de nuestras plantas limpiándolas con un paño humedecido con agua jabonosa, pero teniendo en cuenta que después debemos pasar otro paño sin jabón para limpiar las hojas.
Otros productos que puedes usar para dar brillo a tus plantas son la cerveza, el vinagre pulverizado o un trapo con un poco de leche. También puedes dar brillo a tus planas añadiendo abono natural a la tierra de las plantas, como los posos del café o cáscara de huevo.
No todas las plantas son iguales. Hay hojas que son aterciopeladas o que tienen unos pelos pequeñitos. Estas son más frágiles y debemos tener más cuidado a la hora de limpiarlas. En este caso, podemos usar un cepillo de dientes viejo para pasarlo con suavidad por encima de las hojas, desde la base hasta la punta, enjuagando el cepillo de vez en cuando.