Manuela Martín
Practicopedia
Cómo limpiar el parqué y mantenerlo en perfecto estado
Tanto si acabas de mudarte como si llevas un tiempo en tu casa y tu suelo de parqué te trae por la calle de la amargura, no te preocupes, si sigues nuestros consejos, conseguirás que tu suelo luzca en perfecto estado durante mucho tiempo.
Las dos primeras normas son: descalzarnos al entrar en casa y utilizar protectores para las patas de las sillas, mesas y sofá para evitar dañar el suelo.
Otro factor importante que tener en cuenta con los suelos de parqué es la humedad. Evítala a toda costa, tanto si se trata de agua como de cualquier otro producto. Lo ideal es que sequemos el suelo cuanto antes con un trapo para evitar que se filtre hacia el interior. Utilizar papel de periódico también es buena idea.
En este sentido, opta siempre por pasar una mopa mejor que la fregona. Lo mismo ocurre con la aspiradora, es preferible la mopa al aspirador, ya que este puede dejar arañazos. Cuando tengas que pasar la fregona con agua, sí o sí, en lugar de optar por productos químicos, utiliza simplemente agua y vinagre, sin duda, una solución perfecta.
Las condiciones extremas son los peores aliados del suelo de nuestro hogar. Un ambiente demasiado húmedo o extremadamente seco estropearán considerablemente el parqué. Por ello, evita que los rayos del sol incidan directamente sobre nuestro suelo, ya que terminarán por aclararlo y estropearlo.
Respecto a las manchas, si son de grasa y recientes, usa benzol o algún disolvente. Después, cubre la zona con polvos de talco y pon un papel secante con un peso encima. Si por el contrario las manchas son antiguas, frota con polvos de piedra pómez mojada, una parte de amoníaco y ½ litro de agua. Aclara varias veces, deja secar y encera a continuación. Si aún así no consigues quitarlas, frótalas enérgicamente con un paño humedecido con aguarrás. Deja que se seque y, si aún quedan residuos, repite la operación.
Para darle brillo, lo ideal es utilizar cera. Puedes probar a echar en el cubo de fregar un chorro o bien, poner cera líquida en una mopa. Existe un truco casero para el brillo que consiste en añadir al agua para fregarlo una infusión de té que, al igual que el vinagre, son ideales para que luzca radiante. Si se trata de un parqué antiguo, la cera va de maravilla. Después de aplicarlo, lo ideal es pasar una mopa a continuación para sacarle brillo. Otra opción para nutrir la madera es aplicar cada cierto tiempo aceite. Simplemente hay que echar una pequeña cantidad en el suelo y frotar con un trapo. Tanto si hablamos de cera como de aceite, debemos tener cuidado de no excedernos en la cantidad que apliquemos, así como dejarlo secar el tiempo que sea necesario.
Otro problema que nos podemos encontrar en nuestros parqués es cuando movemos muebles o maceteros. Especialmente con estos últimos podemos encontrarnos con una marca negra en el suelo al levantarlos. Para eliminarla, calienta un poco de lejía, aplícala sobre la mancha, pasa un cepillo siguiendo la veta y aclara varias veces.
En el caso de los muebles, si al moverlos ves que hay pequeños puntos de apoyo, te recomendamos que los rellenes con masilla de madera.
¿Y qué hacemos con las rayas?
En ocasiones no son fáciles de quitar. Por ello, te animamos a que las pintes con un rotulador de un color similar al del parqué y luego encéralo para que no se note la diferencia.
Para quitar las quemaduras del parqué, hay un truco muy eficaz. Se trata de frotar la zona suavemente con ceniza de la chimenea o de un cigarrillo.
Si tu principal preocupación son los molestos crujidos, existe una solución que consiste en rellenar los huecos de éste con polvos de talco. Una vez esparcidos por el suelo, salta sobre la zona de desajuste de la madera para que se metan bien. Aspira el resto y comprobarás su efecto. Otro truco es inyectar parafina líquida en las juntas de las piezas, por medio de una jeringuilla.
Si sigues todos estos consejos, estamos seguros que tu suelo lucirá radiante durante muchos años.