Manuela Martín
Practicopedia
Cómo organizar el lavavajillas para aprovechar el espacio y ser más eficiente
Termina la comida familiar que hemos organizado en casa y ahora, ¿quién recoge la cocina? Si tienes lavavajillas no es un problema, ya que en cuestión de minutos podemos tener todo reluciente con solo apretar un botón. Pero, ¿sabes hacerlo de la forma más eficiente para aprovechar el espacio y ahorrar agua y energía?
Cada lavavajillas es un mundo pero, en líneas generales, si sigues nuestras recomendaciones podrás sacarle el mayor partido y lo más importante, que tu vajilla salga perfecta.
¿Cómo organizo la bandeja superior?
Para conseguir un ahorro de agua y energía lo ideal es hacerlo funcionar con la carga completa. En este caso, una correcta colocación y optimización del espacio es fundamental.
La cristalería como vasos, copas, tazas o jarras van en la bandeja superior.
Los más largos y grandes como palas, cazos, paletas, espumaderas, pinzas o tijeras, también deben colocarse en esta bandeja aprovechando las bandejas laterales, ya que si los introducimos en la cestilla podrían chocar con las aspas giratorias del agua.
¿Qué coloco en la bandeja inferior?
La bandeja inferior es la que más calor recibe y mayor presión de agua, con lo cual, en ella deberemos colocar aquellas piezas más resistentes y con mayor suciedad, incluidas ollas y cacerolas.
Los platos y bandejas también deberán ir colocados en este compartimento. Sitúalos siempre de tal forma que miren hacia el interior o bien de tal forma que el chorro de agua incida directamente. Además, es preferible que los agrupes según la tipología para aprovechar el espacio y una mayor comodidad cuando toque recoger.
Los de grandes dimensiones, como ollas o fuentes, colócalos inclinados para que el agua pueda escurrirse.
¿Y los cubiertos?
Si dispones de la clásica cestilla, lo recomendable es que los mangos de los cuchillos miren siempre hacia arriba para evitar cortes, los tenedores con el mango hacia abajo y las cucharas de ambas maneras, para evitar que se agrupen unas con otras perjudicando el correcto lavado.
En el caso de que tengas una bandeja específica para ello, lo único que debes tener en cuenta es que las cucharas no queden boca arriba para evitar la acumulación de agua en la zona cóncava y dificulte el secado de las mismas.
En ambos casos, el truco está en poner los cubiertos por grupos así, a la hora de la recogida, facilitamos y agilizamos el trabajo.
Además, debes tener en cuenta:
- No amontonar los utensilios unos encima de otro para que la vajilla salga limpia y comprobar que los brazos rociadores de agua giren sin chocar.
- Abrir el lavavajillas cuando haya finalizado, evitando así que las gotas del vapor vuelvan a ensuciar la cristalería dejando huellas y evitando que la humedad dañe las gomas y el aspecto del lavavajillas.
- Usar el producto adecuado y recargar el abrillantador y la sal.
- Limpia el filtro y haz un lavado de mantenimiento de forma periódica.
Si buscas el ahorro de agua, recuerda que no es necesario aclarar las piezas antes de introducirlas en el lavavajillas, con eliminar los restos de comida con un cubierto, espátula o servilleta de papel para evitar malos olores sería suficiente.
¿Qué es preferible lavar a mano?
Para aprovechar el espacio, así como alargar su vida útil, es preferible que las sartenes de hierro fundido o antiadherentes las lavemos a mano.
Tampoco está recomendado incluir el menaje de plástico, especialmente si es de baja calidad, ya que el calor extremo puede deformar vasos, platos o táperes. No obstante, en el caso de hacerlo, lo ideal es colocarlos en la bandeja superior y colocando las tapas en vertical y los recipientes boca abajo para asegurarte de que no salen con agua.
Los cuchillos de cocina, para evitar su oxidación, también es ideal lavarlos tras su uso y secarlos con un paño.
Por su parte, las cucharas y espátulas de madera es recomendable revisar si pueden o no introducirse en el lavavajillas, para evitar que se rompan.
¿Consumimos más agua con el lavavajillas que fregando a mano?
La respuesta es no. Según un estudio del Canal Isabel II, el consumo de agua se reduce considerablemente al utilizar el lavavajillas en vez de fregar a mano.
Al lavar a mano se realiza un gasto de 88,8 litros de agua diarios, mientras que un lavavajillas consume tan solo 54,2 litros diarios. Por su parte, en términos de energía, el estudio también confirmó que el uso del lavavajillas supone un ahorro de 1.06 kWh al día, por lo que el ahorro anual también será significativo.