Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorPor paradójico que parezca, el agua puede ser 'dura'. Este apelativo coloquial se utiliza para describir cuando el líquido contiene sales de calcio o magnesio, es decir, cuando tiene cal.
En caso de ser 'dura', el agua no tiene porque ser peligrosa para el consumo, pero sí dañar tuberías, ser menos eficiente para lavar y estropear ciertos electrodomésticos que la necesiten para funcionar.
En concreto, según la OCU, el agua puede disminuir la eficacia de los calentadores de agua o dañar los lavavajillas.
Además, reduce la eficiencia de los detergentes ya que no impide una correcta interacción del producto con los tejidos o superficies. Es más, el agua con cal deja marcas en la vajilla.
Para evitarse todos estos inconvenientes, es importante verificar si el agua es dura y, para ello, existen métodos de control asequibles. En primer lugar, se puede contactar con un laboratorio y, si no, se puede consultar con el ayuntamiento de la ciudad en la que se viva, para comprobar la calidad del agua. En caso de llevarla a analizar a un especialista el precio no suele ser muy alto. Eso sí, según la OCU, se debe ser precavido puesto que existen empresas que dicen realizar comprobaciones in situ –sin pasar por laboratorio–, que realmente no sirven.
Ahora bien, aunque el agua de tu casa tenga cal, no siempre hay que tomar medidas. Únicamente a partir de 30 ºf o 300 mg/l CaCO3 estas sales pueden llegar a dar problemas.
Estas son las mediciones estándar, según la OCU: