Di adiós al cabello graso: esta es la forma de tratarlo

El sebo es esencial para tener el cabello brillante, fuerte y sano, pues se encarga de proteger e hidratar el cuero cabelludo y cuidar las cutículas. Este sebo se produce de manera natural con ceras y grasas neutras con propiedades aceitosas. La cantidad que genera cada individuo depende del funcionamiento de las glándulas sebáceas que están repartidas por toda la piel, también por la del cuero cabelludo. Cuando se trata del cabello estas glándulas producen, segregan y depositan el sebo en los capilares.

Así pues, el sebo es un lubricante natural que evita la sequedad de la piel y la protege de las agresiones externas, además de lubricar el cabello. Pero cuando las glándulas sebáceas aumentan su actividad pueden segregar más cantidad de sebo haciendo que el cuero cabelludo esté más brillante y aceitoso, el cabello lacio y apelmazado, dándole una apariencia sucia, lo que para algunas personas que tienen el cabello graso puede ser una pesadilla intentar hacer que se vea limpio.

Con estos consejos podrás cuidar tu cabello graso para que luzca mejor y se vea más limpio:

• Champú regulador de la secreción sebácea. Te permitirá reducir el exceso de las secreciones y dará fuerza y volumen al cabello a la vez que se verá más limpio. Elige champús con activos naturales como el té de rooibos o el castaño de indias, que actúen desde la raíz.

• Evita champús naturales con sulfatos. Los sulfatos tienen una acción limpiadora muy agresiva, se llevan a suciedad, pero también los aceites naturales que protegen el cabello, lo que hace que las glándulas sebáceas tengan que producir más sebo.

• Aceites vegetales para equilibrar el cuero cabelludo. Puedes utilizar el de mentol que calmará y dará frescor al cuero cabelludo, reduciendo las irritaciones y el enrojecimiento de la piel, muy típicos en los cabellos grasos.

• Lavar sin frotar. Al lavarte la cabeza hazlo con movimientos circulares y de manera suave, sin rascarlo, ejerciendo una ligera presión que permita estimular la circulación.

• Agua tibia. Lávate el pelo con agua tibia, ni fría ni caliente. De esta manera eliminarás la grasa y los restos de productos que utilices para el cabello (espuma, laca, gomina…) sin que la cutícula se abra excesivamente, pero limpiando en profundidad.

• No abuses de los lavados. Parece mentira, pero cuanto más laves el cabello más grasa se generará. No es necesario lavarse el cabello a diario, espacia el tiempo entre lavados.

• Uso de laca, cera, gomina… Son productos que solemos usar para moldear y fijar un peinado, pero ensucian mucho el cabello, requiriendo lavados más frecuentes, lo que hace que se produzca más grasa.

• No utilices el acondicionar en todos los lavados. Si tienes el pelo graso úsalo solo si es realmente necesario y solo una vez a la semana o cada quince días. Aplica una pequeña cantidad en el cabello húmero en las partes más deshidratadas o solo en las puntas. Es importante no aplicarlo en la raíz. Déjalo actuar 1-3 minutos y aclara con agua tibia. Finaliza el lavado con agua fría durante unos segundo para sellar la cutícula y dar más brillo al cabello.

• Por último, evita tocarte el cabello, pues solo conseguirás hacer que se ensucie más rápidamente.