Con la llegada del frío se dan con mayor frecuencia los catarros y resfriados. Estamos bastante acostumbrados a sus síntomas (congestión nasal, moqueo, dolor de garganta, tos, estornudos, malestar…), pero con el Covid-19 en juego, a veces puede resultar complicado distinguirlos. Sin embargo, los síntomas, aunque a veces parecidos, se diferencian, al igual que el tratamiento que debemos aplicar.
Los resfriados o catarros son una infección de las vías respiratorias superiores que provoca de forma habitual alguno de los siguientes síntomas: malestar, congestión nasal, estornudos, dolor de garganta, moqueo, tos, dolores de cabeza o fiebre ligera. Los principales causantes son los virus de la familia de los rinovirus, responsables de hasta la mitad de los resfriados. Aunque se encuentran presentes a lo largo de todo el año, tienen mayor presencia a principios de otoño. Al haber tantos subtipos de un mismo virus (la familia de los rinovirus incluye más de 100 variantes), es posible que volvamos a enfermar si nos contagiamos con otro de la misma familia.
Por lo general, los contagios se producen por contacto a través de las manos, después de tocar una persona y objeto contaminado y tocarnos los ojos o mucosa nasal; por inoculación, al entrar en contacto la mucosa nasal o conjuntiva con partículas respiratorias de gran tamaño infectadas; o por inhalación de pequeñas partículas respiratorias después de un estornudo o tos.
¿Cómo tratar un resfriado?
Los resfriados o catarros tienen un periodo de incubación de unas 72 horas y en adultos suelen durar entre 3 y 10 días, pero pueden durar más, hasta dos semanas. Los síntomas, aunque no graves, pueden resultar bastante molestos. En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidoresocu) ha recopilado una lista de los mejores medicamentos para aliviar estos síntomas:
Analgésicos y antiinflamatorios: ayudarán a aliviar el malestar general, el dolor de cabeza, los dolores musculares, el dolor de oídos y bajar la fiebre. Podemos usar paracetamol, ibuprofeno o ácido acetilsalicílico.
Antihistamínicos: aliviarán el moqueo nasal. Podemos utilizar la clorfenamina, la difenhidramina, la doxilamina o la triprolidina.
Antitusivos: sirven para inhibir la tos seca o improductiva. Algunos de los más efectivos son el dextrometorfano o la cloperastina.
Expectorantes: ayudarán a aumentar el volumen y reducir la viscosidad de las secreciones respiratorias, como la guaifenesina.
Mucolíticos: ayudarán a disminuir la viscosidad de las secreciones respiratorias, facilitando así su expulsión. Hay varios a los que podemos recurrir: la acetilcisteína, la carbocisteína, el ambroxol, la bromhexina o la brovanexina.
Vasoconstrictores: serán de ayudar para disminuir la congestión nasal, como la pseudoefedrina.
Pastillas para chupar: aliviarán el dolor de garganta a través de antiinflamatorios como el flurbiprofeno o la bencidamina o anestésicos locales como la benzocaína o la lidocaína.
Pomadas de aplicación tópica: emplean sustancias aromáticas como el alcanfor, trementina, mentol, eucalipto y timol que, aplicadas en el pecho y la espalda hasta tres veces al día, ayudarán con la congestión nasal y aliviarán la tos. Podemos usar Vaporub y Mentobox.
Los anticatarrales de administración oral, como Frenadol, Couldina o Bisolgrip, incluyen en su composición estos principios activos. También podemos encontrar medicamentos que combinen analgésico con antihistamínico y descongestionante o antitusivo; antitusivo, descongestionante y antihistamínico; o antitusivo y expectorante. Por tanto, será recomendable indicar primero al farmacéutico cuáles son los síntomas que presentamos, también si tenemos alguna otra patología, ya que cada principio activo tendrá unas contraindicaciones y advertencias de uso.
Los antihistamínicos de primera generación son un ejemplo claro, pues suelen tener efecto anticolinérgico, lo que puede producir en personas mayores mareos, confusión, hipotensión, sequedad de boca, sedación y retención urinaria, entre otros efectos.
En el caso de las embarazadas, hay que tener especial precaución en los primeros meses. Si se trata de un catarro, resfriado o infecciones que se resuelven solas, lo mejor será evitar tomar fármacos y recurrir a otras alternativas para aliviar los síntomas.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.