Carlos Losada
Cómo
Cómo caminar con dos muletas, una muleta y con bastón
Son las opciones más habituales para ayudar en el desplazamiento cuando una pierna está dañada
Cuando sufrimos un percance en las extremidades inferiores que nos dificulta caminar, existen herramientas que nos pueden ayudar en este cometido. Las más habituales son las muletas, sobre todo cuando se ha sufrido una lesión o una operación y es momento de recuperarse. Otro de los elementos que echan una mano en el desplazamiento son los bastones, aunque estos suelen emplearse de un modo más cotidiano, es decir, suponen un elemento fundamental para las personas que día a día se ven lastradas en sus movimientos.
Pero ¿se utilizan correctamente tanto las muletas como los bastones? ¿En qué mano se deben llevar? ¿Cómo han de ser para que realmente hagan más cómodos los desplazamientos? ¿Qué precauciones hay que tomar cuando se utilizan? Todas estas preguntas las trataremos de contestar a continuación.
Cómo caminar con bastón
Antes de nada, hay que señalar que hay dos tipos de bastones: el más habitual de un solo apoyo y aquellos que tienen un cuerpo que acaba en cuatro patas, lo que los hace mucho más estables, pero, a la vez, más incómodos. Sea cual sea el elegido, la mano que lo debe sostener es aquella que se encuentra en el lado opuesto de la pierna que se encuentra en mal estado. Es decir, el bastón debe estar junto a la extremidad sana.
Esto es así porque cuando andamos, balanceamos simultáneamente los brazos contrarios a la pierna que está adelantándose. Por lo tanto, cuando se da un paso, por ejemplo, con la derecha, el brazo izquierdo que sostiene el bastón amortiguará parte del “golpe” que se produce al caminar. Eso sí, en el momento en que pares y vayas a realizar cualquier labor en estático, lo mejor será que agarres el bastón con la mano dominante, la derecha si eres diestro y la izquierda si eres zurdo, ya que eso te dará mayor estabilidad si debes utilizar la otra para cualquier otro menester.
Reglas para caminar con bastón
- Siempre debes andar mirando hacia adelante, como si lo hicieras normal. No puedes estar fijándote en tus pies constantemente.
- El mango debe estar a la altura correcta y esta es la muñeca del brazo que lo va a apoyar, de modo que el codo se doble muy levemente cuando lo sostengas.
- No apoyes todo tu peso corporal en el bastón pues solo es una ayuda.
- Siempre que cambies de dirección, hazlo apoyándote en la pierna fuerte para conseguir que la estabilidad sea mayor.
- Cuando subas escalones, debe ir primero la pierna fuerte, de modo que no te resulte complicado elevar el cuerpo. El bastón simplemente debe aportar equilibrio cuando poses la extremidad lastimada o débil.
- En cambio, cuando bajes los escalones, será la débil la que tengas que apoyar primero con la ayuda del bastón y bajar a su lado la pierna fuerte.
Aparte de estos preceptos, también es conveniente llevar un calzado antideslizante y que no tenga tacón, revisar que el suelo del hogar no presente peligros (como alfombras sueltas…) y que la punta del bastón se encuentre en buen estado y no esté desgastada.
Cómo caminar con muletas
En el caso de que tengamos que utilizar muletas, también hay una serie de claves para que lo hagamos más seguros y mejor. Cabe señalar que cuando solo se utiliza una, el modo de andar con ella se asemeja mucho al de un bastón, con la salvedad de que la muleta proporciona una mayor sujección. Sin embargo, tanto para dar pasos, bajar o subir escaleras o para colocarla, las reglas son las mismas.
En el caso de que se utilicen las dos muletas, lo primero de lo que debemos asegurarnos es de que son de nuestro tamaño. Esto implica que cuando las coloquemos pegadas al cuerpo, los hombros mantengan su posición y no tengamos ni que bajarlos ni que alzarlos. En este caso, las reglas principales son las siguientes: .
- Siempre hay que mirar al frente. Esto es, si cabe, más importante que cuando se utiliza un bastón o solo una muleta, pues mirar al suelo puede provocar que te desestabilices.
- Mantén una posición erguida. No tiendas a inclinarte hacia adelante pues puede llevarte a sufrir una caída.
- Cuando muevas las muletas, deberán ir paralelas, una junto a cada pie pero unos centímetros adelantadas.
- Debes caminar despacio, cuidando de apoyar bien las muletas.
- La parte inferior de estas deben estar en buen estado. La goma debe agarrarse perfectamente, pues una caída puede ser muy peligrosa. Igualmente, revisa de vez en cuando que el estado de las muletas es óptimo y que algún tornillo no se haya aflojado. Toda precaución es poca.
Finalmente hay que distinguir si cuando se camina con muletas se pueden apoyar los dos pies o solo es posible posar uno. Según explican en Discapnet, el portal de personas con discapacidad de Fundación ONCE, si se pueden apoyar ambos:
- Al estar parados hay que contar con tres apoyos (dos muletas y un pie o una muleta y los dos pies).
- Se avanza llevando ambas muletas a la misma altura y se adelanta un pie y luego el otro.
En cambio, si solo se puede tener de apoyo una pierna:
- Al estar parado todo el peso debe recaer en la pierna sana y en sendas muletas.
- Para caminar hay que avanzar con estas y después completar el recorrido con la pierna sana, ya que la otra permanecerá sin apoyar.
- Al bajar y subir escaleras, siempre deberá ponerse el pie sano primero y las muletas después.