Teresa Rey
Cómo
¿Cómo puedo acceder al Sistema Personalizado de Dosificación de Medicamentos?
Es un servicio que ofrecen algunas farmacias, pero no está implantado en todas las comunidades
El Sistema Personalizado de Dosificación de Medicamentos (SPD) tiene como finalidad conseguir desde la farmacia una mayor adherencia a los tratamientos en aquellas personas polimedicadas. Es decir, es un servicio que se ofrece desde estos establecimiento y que se puede solicitar cuando se cumplen unos requisitos. No está implantado en todo el territorio nacional de forma homogénea, aunque sí está presente en algunas Comunidades Autónomas.
Más adherencia
El objetivo de este sistema es que quienes tienen que medicarse lo hagan de la forma más segura y eficaz posible. De esta manera, se previenen y resuelven problemas relacionados con la medicación. También se contribuye a una mayor adherencia al tratamiento farmacológico, y se asegura una correcta utilización de este gracias a la información personalizada que se facilita al paciente.
En el documento Buenas Prácticas en Farmacia Comunitaria, elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof), se indica que el SPD puede regularse a través de las autoridades sanitarias competentes, en cuyo caso será necesario cumplir unos criterios para dispensarlo. En caso contrario, las farmacias no han de cumplir ningún requerimiento legal específico, pero sí se recomienda que la farmacia y el farmacéutico, soliciten de forma voluntaria la acreditación de la competencia para ofrecer este servicio así como el de las instalaciones.
Si el servicio de SPD se encuentra incluido en un programa concreto financiado por la Administración, entonces la acreditación se establece para garantizar que se satisfacen de forma correcta las características del programa. La farmacia participante en el programa tendrá que cumplir ciertos aspectos técnicos y, además, contar en su plantilla con un farmacéutico con competencias acreditadas. Al proporcionar este servicio se tienen que seguir a su vez los procedimientos de trabajo matizados por la Administración.
El farmacéutico podrá adquirir las competencias pertinentes a través de una formación o acreditar una experiencia por medio de cursos formativos que impartan entidades con la capacidad para hacerlo, entre otras posibilidades.
Este sistema tiene un coste asociado que asume el propio paciente o cuidador, o la Administración. En algunas Comunidades Autónomas existen acuerdos suscritos con las consejerías de Sanidad, ayuntamientos o empresas privadas para la prestación y remuneración del mismo.
¿Quiénes se pueden beneficiar?
Los pacientes que lo pueden solicitar son personas polimedicadas, mayores con problemas de organización de los medicamentos, personas que viven solas en casa y no tienen alguien de referencia, etc., que bien puede detectar el farmacéutico, bien por solicitud directa por parte del paciente, cuidador o persona de referencia. También pacientes incluidos en programas concertados, sobre todo, los establecidos con las administraciones sanitarias. Por último, el propio médico puede determinar si un paciente es susceptible de beneficiarse de esta prestación.
No podrán acceder a él quienes lo rechacen o no firmen el consentimiento, los que presenten una discapacidad y a pesar de cumplir con otros requisitos no cuenten con una persona a su cargo, quienes estén sometidos a un tratamiento que no se pueda adaptar al sistema, y aquellos de los que no se pueda disponer de la información necesaria para poder ofrecerles el servicio de forma adecuada.
En la elaboración de un SPD, el farmacéutico debe primero analizar toda la medicación del enfermo. Después, evaluará qué medicamentos se van incluir en los dispositivo SPD, es decir, unos blíster que tiene que estar homologados y certificados por el fabricante. En algunos casos se cierran y sellan con una máquina especial una vez preparados y deben contener una etiqueta debidamente cumplimentada y con la información pertinente en su interior. Además, la medicación se organiza por días de la semana, de lunes a domingo, y por las tomas a lo largo del día, es decir, en el desayuno, la comida, la cena y, en su caso, por la noche.
Inicio del proceso
El proceso comienza con una entrevista inicial y la cumplimentación de una ficha del paciente. Este a su vez debe autorizar y firmar un consentimiento informado. El farmacéutico tiene que explicar cómo se utilizan los blíster y detallar cómo se han organizado los fármacos para su ingesta. Además, tiene que disponer de todos los datos farmacoterapéuticos actualizados y si se producen cambios en el tratamiento se le tiene que informar de inmediato. El profesional ha de garantizar la confidencialidad absoluta de los datos.
En los pacientes que ya se encuentran recibiendo el servicio, se ha de realizar una revisión del blíster semanal y asegurarse siempre de que no se ha producido ninguna variación en las ingestas o los fármacos. Normalmente el SPD tiene una duración de una semana, pero puede variar en función del trastorno que se presente. Una vez está todo preparado se facilita al paciente, a la par que este entrega los dispositivos vacíos de la semana anterior. Los prospectos los debe tener el enfermo, y si sobran fármacos, este debe decidir si los guarda la farmacia o los prefiere custodiar él mismo.