Victoria Herrero
Cómo
Si te has preguntado cómo se obtiene el café descafeinado, te lo explicamos
Para la extracción de ese ingrediente estimulante se puede usar agua o disolventes químicos
Para muchas personas, el café de las mañanas es imprescindible para poder despertarse y activarse de cara a todo lo que tienen que hacer el resto del día. Sin embargo, otros muchos son más dados a tomarlos a media tarde, después de cenar o incluso hay algunos que no pueden tomarlo como les gustaría ya que su contenido en cafeína no les resulta del todo saludable o recomendable. Para estos últimos o para los que no quieren desvelarse por las noches, el café descafeinado es la solución.
Hablamos de una bebida universal que no es más que la semilla de la planta de café que pasa por un proceso de molienda y tueste. Así de sencillo y no necesita de ningún tipo de conservante para mantenerse fresco gracias al envasado al vacío o a esa atmósfera protectora en la que viene cuando lo compramos.
La verdadera esencia de un café es su elemento estimulante; la cafeína que se da naturalmente en esos cafetales. Hablamos de una sustancia que es incolora, no tiene sabor y tampoco aroma alguno. Eso sí, su extracción, en el caso de se quiera conseguir un perfecto descafeinado, se debe hacer cuidadosamente para no alterar el sabor y el aroma genuino de una buena taza.
¿No tiene nada de cafeína?
Como es fácil de adivinar, este tipo de café no tiene cafeína. Bueno, seamos sinceros: tiene como mucho un 0,1% de lo que puede llegar a contener una taza normal. Y parar lograrlo, se emplean hasta 3 métodos distintos para que de esos granos se extraiga la cafeína; ya sea usando agua, dióxido de carbono o disolventes químicos como explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores).
Pero este no es un proceso moderno, sino que ya se empezó a realizar en el siglo XIX cuando se descubrió cómo retirar la cafeína del café sin que por ello esos granos se estropeasen o perdieran calidad. Solo se quitaba ese efecto estimulante.
Para hacerlo, la variedad arábica suele ser la escogida ya que es la que presenta menos contenido en cafeína y, dentro de este tipo, el que se cultiva en altura. Hasta que se descubra una cepa de café que apenas tenga ese estimulante, como ya se está investigando con la mutación genética de forma natural en algunas zonas de Etiopía, te vamos a explicar cómo es el proceso para eliminarla.
El procedimiento de extracción
Así, en el primer caso, los granos verdes del café se sumergen en un agua que contiene extracto de café sin cafeína y por medio de un proceso de ósmosis (un fenómeno físico), esa cafeína pasa de los granos al agua. Este tipo de procedimiento se usa sobre todo para crear descafeinados con matices más especiales y refinados.
Otra forma es haciendo circular dióxido de carbono entre esos granos que están depositados en una especie de tambores. Así, penetra en los mismos y se disuelve la sustancia que provoca que se estimule el sistema nervioso y el corazón.
Por último, en el procedimiento por medio de disolventes químicos (acetato de etilo o diclorometanos), estos son los elementos que se encargan de la extracción. Este es el método más habitual ya que resulta más económico para la industria del sector.
Esa es la mayor diferencia, el uso del medio, ya que el proceso de extracción de cafeína, como detallan desde esta organización, es muy similar en todos los casos:
- Lo primero que se hace es hinchar el grano verde de café con agua o vapor para que se pueda separar con mayor facilidad la cafeína a posteriori.
- Lo que se pretende en todos los casos es intentar que el sabor y el aroma auténtico no se pierda al "quitar" esa cafeína. Y para ello se siguen los elementos y pasos antes indicados hasta que al final quede ese 0,1% al que hemos aludido en líneas anteriores.
- ¿Y qué pasa con ese grano que ya no tiene cafeína? El último paso es secarlo para que recupere la humedad habitual que tenía antes de iniciar todo este proceso para producir café descafeinado.
La cafeína que se ha obtenido durante todo este proceso se purifica y se recupera. Es así como las industrias alimentaria y farmacéutica la usan posteriormente para elaborar todo tipo de aditivos, medicamentos, suplementos nutricionales para las personas que hacen deporte, bebidas o incluso como ingrediente para algunos productos cosméticos.
¿Cuál es el tuyo?
Cuando queremos tomarnos un café en un bar y pedimos un descafeinado, la pregunta del camarero siempre suele ser la misma: ¿de sobre o de máquina? La única diferencia estriba en su presentación al consumidor ya que en el primer caso ese café sin cafeína se ha deshidratado y se ha condensado en pequeñas dosis individuales para que luego esos granos molidos se puedan disolver fácilmente en agua o leche.
En el caso del la máquina, los granos están ya dentro listos para ser molidos y elaborar ese café que al final se funde con la leche en esa misma taza.