Toni Esteve
Cómo
Cómo quitar un chicle de la suela del zapato o de tu alfombra
Los restos de chicles permanecen durante mucho tiempo en suelos de interiores y exteriores
Los chicles son adictivos para muchas personas que encuentran placer en mascarlos a diario o los usan para todo tipo de supuestos beneficios, como aliviar la ansiedad o dejar de fumar. Por supuesto, este hábito puede causarnos problemas de salud, entre los que pueden encontrarse el desgaste de las articulaciones de la mandíbula, el mal cierre de la boca o, incluso, irritación intestinal, ardor, gases o acidez por el simple hecho de estar engañando a nuestro estómago al masticar sin tragar nada (por no mencionar las posibles consecuencias para nuestra dentadura). Pero, más allá de las complicaciones para la salud, si una vez usados los chicles no acaban donde deben, pueden provocar otro tipo de contrariedades.
Los restos de chicles permanecen durante mucho tiempo en suelos de interiores y exteriores, y los gérmenes que contienen una vez usados se mantiene semanas después de que se tiren al suelo, con lo que son un foco de bacterias mientras se están degradando.
A todos nos ha pasado: caminar por la calle distraídos y pisar un chicle con la suela del zapato. Es fácil adivinar cuando le ha pasado a alguien a nuestro alrededor, puesto que lo normal es empezar a rascar la suela en un bordillo de la acera o en arena, o bien intentar encontrar alguna rama con la que rascarlo. Pero la cosa puede ponerse peor si no nos hemos dado cuenta de que lo pisábamos en la calle y nos lo hemos subido a casa. Entonces un truco muy útil puede ser rociar el chicle con un aceite tipo “tres en uno”, de los que sirven para aflojar tornillos oxidados, por ejemplo. El chicle se despegará luego fácilmente.
Endurécelo primero
Otro truco muy habitual es del usar hielo: aplicas frío con un cubito sobre el chiche y, cuando este se endurezca y deje de estar pegajoso, será mucho más fácil quitarlo de nuestra suela. Estos dos métodos no son excluyentes, es decir, puedes primer aplicar hielo el chicle y, cuando la goma de mascar se haya vuelta de nuevo una masa uniforme y bien sólida, aplicar entonces el aceite. Seguro que así no tendrás ningún problema en quitarlo.
Rizando el rizo, puede que parte de nuestro chicle haya terminado en nuestra alfombra. Si optas por usar el hielo también en tu alfombra, una solución puede ser colocar lo cubitos en una bolsa y aplicar el frío sobre el chicle. Pero si el chicle ya lleva tiempo allí y se introducido en las fibras de la alfombra, como en este caso no podremos recurrir a un aceite para aflojar bisagras ni a cualquier producto abrasivo, puedes humedecer un paño con un poco de aceite de cocina e ir empapando el chicle con paciencia. Luego puedes intentar quitarlo con un cuchillo de los de untar y retirar cualquier resto con agua y jabón (un cepillo de dientes puede ayudarnos en esta minuciosa labor).