Teresa Rey
Cómo
Cómo saber si el pescado que compras está fresco
Debemos fijarnos en distintos elementos: desde los ojos y las agallas hasta la textura de la piel
Una de las dudas más frecuentes que se plantea el consumidor cuando acude a una pescadería es cómo detectar si el pescado es fresco o no. Este es más sabroso que el congelado, pero para que llegue en condiciones adecuadas a los establecimientos desde su captura, se han de tomar una serie de medidas que mantengan sus cualidades de frescura.
En qué fijarse
Para saber si es así, tenemos que fijarnos en distintas partes del pescado. En el caso de las agallas, es decir, los órganos respiratorios, tienen que presentar un color rojo oscuro o intenso. Si es tenue o decolorado, es que no es tan fresco; a excepción de la merluza, que es rojo rosado. El pescadero te las puede enseñar si así lo solicitas, según indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores).
Por otro lado, la piel debe estar limpia y brillante. Fíjate en los distintos pescados que haya disponibles y si hay diferencias en el brillo, es que algunos están más frescos que otros.
Los ojos deben estar salientes, pero además han de tener brillo, con un color definido, de modo que resalten. La pupila tiene que ser negra y el cristalino bien transparente. Si están hundidos o hinchados, entonces deberemos dudar de su frescura. Su forma es en general convexa, aunque en algunos casos son planos.
La textura de un pescado fresco es rígida, es decir, tiene que estar tieso. Cuanto más blando sea, es decir, si al tocarlo queda hendidura, entonces es que no cumple con las propiedades adecuadas.
De igual modo, la parte que cubre la tripa debe estar íntegra y mostrarse luminosa.
Pescaderías
Otro aspecto en el que te puedes fijar son las condiciones de la propia pescadería. El hielo ha de estar presente en toda la exposición de productos, pues el pescado se conserva sobre este o envuelto en el mismo.
Los pescados deben estar bien colocados, sin aglomeraciones ni mucha cantidad en los expositores. Seguramente, cuando hayas ido a comprar pescado fresco, habrás observado que están ubicados en cajas y que las mesas están inclinadas. Esto es lo correcto, porque así se evacúan los líquidos.
Por último, no es recomendable que haya fuentes de calor sobre el género a través de focos de luz, ni tampoco se debe regarlos o pulverizarlos con agua, ya que esto puede ser una forma de enmascarar la frescura.