Mariola Báez
Cómo
Comprobaciones antes de llamar al servicio técnico de cualquier electrodoméstico
Una revisión previa y algún pequeño truco pueden hacer que te ahorres su coste económico
¿No funciona la lavadora, la nevera, la caldera o televisión de tu casa? Antes de contactar con un profesional que pueda reparar un electrodoméstico aparentemente estropeado, es importante coger el manual de instrucciones y mantenimiento y echar un vistazo, por si se trata de cualquier pequeña avería que podamos solucionar nosotros mismos.
Ten en cuenta que una vez que el servicio técnico entre en acción, el pago por conceptos como el desplazamiento o el tiempo mínimo de intervención correrán por tu cuenta, independientemente del tipo de avería del que pueda tratarse.
Tubos y conexiones: primera comprobación
Por supuesto, hay averías que no vas a poder solucionar al carecer de los conocimientos necesarios y, en la mayoría de los casos, de la herramienta precisa para realizar la reparación, pero también puedes encontrarte con problemas 'tontos', como un enchufe que se ha salido de su lugar o una tecla de 'stand-by' que impide que la lavadora arranque. El técnico te va a cobrar lo mismo, así que no cuesta nada revisar el aparato y confirmar que, efectivamente, no funciona.
Cualquier manual incluye un capítulo de averías frecuentes que puedes consultar y, con suerte, ahorrar un dinero. Si es posible, separa de la pared el electrodoméstico del que se trate, para que puedas verlo en su totalidad, y confirma que los cables y enchufes están conectados. Fíjate, además, en que los tubos de entrada y salida del agua, en el caso de lavadoras y lavavajillas, están en posición correcta y no presentan doblez alguno.
Con estos dos aparatos es básico mirar en su interior y verificar que los posibles filtros están limpios, de manera que no es la suciedad acumulada la que está provocando el problema. Es importante estar seguros de que es el aparato el que está estropeado y que no se trata de una cuestión de suministros, por corte de electricidad o agua con escasa presión en su entrada al hogar, por ejemplo.
Revisadas conexiones y tubos toca inspeccionar si hay alguna función o programa que no utilizamos normalmente y puede estar causando la anomalía. Sin darte cuenta, puedes haber desactivado la opción de centrifugado de tu lavadora o bajado en exceso la temperatura del congelador de la nevera, fallos que puedes detectar y corregir evitando una factura más o menos abultada.
Remedios sencillos para incidencias frecuentes
Hay que matizar que salvo que seas un profesional de este sector, como norma general no debes intentar abrir un electrodoméstico por tu cuenta para acceder a su interior e intentar reparar el cableado interno o piezas claves como pueden ser los motores. Eso sí que, por seguridad, solo deben hacerlo técnicos especializados.
En cambio, todo lo que implique manipulación externa, sí puede estar a tu alcance. Una pequeña lista de ejemplos puede dar una idea de la cantidad de fallos simples que puedes arreglar tú mismo.
- La lavadora no arranca. Comprueba que no la tienes programada para que se inicie a una hora determinada. Fíjate, además, en que la puerta cierra correctamente y en que no has superado su límite de carga.
- Los utensilios no salen limpios del lavavajillas. Debes asegurarte de que el filtro está limpio y de que el brazo giratorio, por el que sale el agua, funciona correctamente. El problema también puede estar en que no estás utilizando el programa y o el detergente adecuado, por ejemplo, una pastilla, en un ciclo corto, que no termina de disolverse. Importante también confirmar que el electrodoméstico tiene un nivel idóneo de sal, detalle que no se suele revisar con la debida frecuencia. Para optimizar el uso de un lavavajillas la adecuada distribución de platos, sartenes o vasos es importante.
- La caldera de gas no se enciende. Aunque cada una tiene sus propias instrucciones de uso, es un error frecuente llamar al servicio técnico pensando que la caldera de gas natural está estropeada cuando, en realidad, simplemente está vacía. La mayoría de los modelos cuenta con una llave para su sencillo llenado. Si la presión de la caldera es inferior a 0.6 bares no funcionará hasta que alcance al menos 0.9. Revisar los radiadores, para confirmar que no presentan fugas y están convenientemente purgados, es también básico, porque puede que el fallo esté en ellos y no en la caldera.
- La televisión funciona. Son muchas las opciones con las que cuentan las actuales televisiones inteligentes y antes de llamar a un servicio técnico debes comprobar que efectivamente se trata de una avería. Prácticamente cualquier modelo es programable y además va contar con temporizador para apagado automático. Antes de dar el aviso, no está de más hacer una sencilla prueba. Desenchufa el aparato y desconecta cualquier dispositivo asociado a él. Espera unos minutos y vuelve a realizar la conexión. No cuesta nada y a veces funciona. Además, si tu televisor cuenta con algún tipo de descodificador por cable o satélite, comprueba que está encendido y funciona. Quizá la avería radique en algún mando a distancia y no en la tele.