Carlos Losada
Cómo
Cómo distinguir los tipos de nubes
Conociendo las nubes que pueblan nuestros cielos, tendremos pistas sobre el tiempo que va a hacer
Los primeros días de primavera suelen caracterizarse por presentar una climatología cambiante, de manera que el cielo se convierte en una espectacular lienzo en el que se dibujan todo tipo de nubes, algunas portadoras de agua y otras que simplemente indican una mejora en las condiciones climáticas.
Observar el cielo, por lo tanto, es un pasatiempo curioso gracias al cual podemos prever en mayor o menor medida si las temperaturas subirán o bajarán y si es posible o no que se desarrollen precipitaciones. Además, tendremos la capacidad de distinguir las nubes que se forman y clacular más o menos a la altura que se encuentran.
Formación de las nubes
Antes de pasar a conocer el nombre de cada tipo de nube, resulta interesante apuntar cómo se forman. Todo comienza cuando el sol calienta la superficie terrestre. Eso provoca que el aire cercano a la misma se caliente. Una vez que ha cogido temperatura, ese aire se eleva hacia capas más frías y cuando llega a zonas donde las temperaturas son más bajas, se produce una condensación del mismo.
Es decir, se forman pequeñas gotas de agua e incluso partículas de hielo que quedan suspendidas gracias a las corrientes de aire. Su acumulación crea las nubes que vemos cada día y según sean las corrientes, la temperatura que tienen o la altura a la que se forman, tienen unas características u otras.
Asimismo, cabe señalar que generalmente las vemos de color blanco porque cuando sobre ellas incide la luz solar, esta se esparce en todos los colores, provocando que llegue hasta nosotros con los tonos blanquecinos. Cuando las vemos más oscuras se debe a que llevan más agua y filtran más luz.
Tipos de nubes
Una vez conocida su formación, pasamos a nombrar cada tipo de nube. Las apuntaremos desde las que se encuentran en las zonas más elevadas de la atmósfera hasta las que están más cerca de la superficie terrestre.
Cirros
Se encuentran a una altura que va desde los 5 a los 13 kilómetros en las zonas templadas (entre los 6 y los 18 en las áreas tropicales). Su apariencia destaca por ser fibrosa y blanquecina, y están compuestas por minúsculos cristales de hielo.
Cuando miramos al cielo las solemos ver como largos filamentos que parecen colorcarse en formas paralelas. Tal y como explican en Meteorología en Red, cuando hay una acumulación de cirros lo más probable que en unas 24 horas se produzca un cambio en el tiempo bastante brusco que generalmente se traduce en un descenso de las temperaturas.
Cirrocúmulos
Se encuentran en alturas similares a los cirros, pero en lugar de filamentos alargados, aparecen como pequeños gránulos blancos que forman una especie de alfombra rugosa. Debido a su situación, también están formadas por partículas de hielo. Además, en muchas ocasiones aparecen junto a las cirros.
Cirroestratos
Son el tercer tipo de nubes que se generan en las partes más altas de la atmósfera y por lo tanto también están compuestas de cristales de hielo. Eso sí, se diferencian de las anteriores porque su aspecto es blanquecino y difuso, haciendo muy complicado ver los límites de cada una. Esta especie de velo difuminan la forma del sol y suelen indicar que cambia la condiciones climáticas, ya sea porque vayan a subir las temperaturas o porque llega un frente frío.
Altocúmulos
A una altura media suelen aparecer los altocúmulos, concretamente entre 2 y 7 kilómetros en las zonas templadas y entre 2 y 8 en las tropicales. Se componen de minúsculas gotas de agua y su aspecto es parecido a láminas redondeadas y onduladas. Lo más probable es que su aparición avise de que va a empeorar el tiempo.
Altoestratos
Suelen formarse en alturas medias, pero también pueden ascender a las superiores. Por eso están formados tanto de gotas de agua como de cristales de hielo. Normalmente forman una fina capa de nubes por las que se cuela la luz solar y en las que hay tonos grises y azulados.
Nimboestratos
También se encuentran a una altura media y están compuestas por agua y hielo (o incluso nieve). Su aspecto es el de nubes grisáceas y densas y cuando las vemos en el cielo presagian precipitaciones.
Estratocúmulos
Estas nubes se generan en las capas más bajas, no subiendo más de 2 kilómetros en la atmósfera. Acumulan agua e incluso nieve y su apariencia es blanquecina o grisácea, adoptando formas laminadas o incluso parches y cilindros. A pesar de todo, no es habitual que provoquen lluvia.
Estratos
También en zonas bajas se pueden observar este tipo de nubes compuestas por pequeñas gotas de agua. Las distinguiremos porque suelen cubrir el cielo con un gris claro uniforme, es decir, son esas que aparecen los días grises en los que no se atisba nada de azul.
Cúmulos
Se sitúan en las zonas bajas, pero como se desarrollan hacia arriba, pueden llegar a niveles superiores. Su aspecto es blanco y denso, como si fueran pedazos de algodón. Están formadas por gotas de agua y las podemos distinguir fácilmente porque surgen los días de buen tiempo con todo tipo de formas esponjosas. Son las típicas que los niños dibujan.
Cumulonimbos
Con un desarrollo similar a las anteriores, suelen presentar un mayor tamaño y acumulan agua en las zonas más bajas y hielo en las más elevadas. Sus tonos son blancos y grises, y cuando aparecen en el cielo se suelen producir tormentas y dar lugar incluso a granizadas.