Mariola Báez
Cómo
¿Cómo debe ser una escalera que garantice el acceso seguro de los mayores a la piscina?
El momento de entrar y salir, a la hora de darte un baño, es el que más riesgo de accidentes implica
Zambullirte en el agua de una piscina es un placer en los días más calurosos que, además, ofrece la posibilidad de hacer algo de ejercicio saludable de la manera más divertida. La natación es una de las actividades aeróbicas más recomendables para personas mayores, tal como recuerda la Fundación Española del Corazón (@cuidarcorazon), entre otros motivos, porque en el agua el impacto del ejercicio sobre tus articulaciones disminuye.
Ocio y deporte juntos, perfecto… el problema surge a la hora de acceder a la piscina. Las escaleras estrechas y en absoluta verticalidad, es decir, pegadas a la pared, para una persona mayor que presente algún problema de movilidad o que simplemente ya no esté tan ágil como hace 20 años, pueden suponer un verdadero reto.
Escaleras de piscina seguras para todos
Existen distintos modelos de escaleras para piscinas y cualquiera de ellos debe reunir elementos básicos que garanticen un acceso seguro. Los peldaños, su anchura y nivel de antideslizamiento, las barandillas y puntos de agarre y el propio diseño de este elemento, con mayor o menor desnivel progresivo, son las tres claves para que la escalera resulte cómoda y te dé la estabilidad que necesitas a la hora de entrar y salir del agua.
En una primera clasificación, tienes dos tipos del escaleras para piscinas: las fijas o de obra, integradas en la propia estructura, y la móviles, que se pueden retirar en un momento determinado, generalmente tras finalizar la temporada de baño.
Las escaleras de obra resultan especialmente adecuadas para que un adulto mayor pueda entrar en la piscina cómodamente. El motivo principal es que no requieren bajar “de espalda”. En las escaleras no fijas, lo habitual es que te des la vuelta para iniciar la bajada. En las fijas no es necesario, puedes bajarlas como cualquier otra escalera no "acuática". Para que estos elementos resulten absolutamente seguros, los peldaños deben tener anchura de sobra para que el pie pise con seguridad y por supuesto han de ser antideslizantes. Además, una barandilla fija, a una altura adecuada, para que puedas agarrarte sin dificultad alguna, es también requisito básico.
Respecto a las escaleras metálicas (aluminio o acero inoxidable), los modelos más aconsejables, por su comodidad y seguridad, son las tipo “land”. Siguen la misma estructura de una escalera de obra, es decir, los peldaños se van sucediendo hasta llegar al mismo suelo de la piscina, para que puedas bajar y subir sin hacer “equilibrios”. Cada uno de ellos es una pequeña rampa, que debe tener la inclinación adecuada y una distancia entre ellos (tabica) que consiga la altura perfecta (ni mucho, ni poco) para que el movimiento de subir y bajar sea fluido y evite peligrosos tropiezos. Es importante que la escalera tenga una buena anchura y que cuente con barandilla ergonómica para que te agarres fácilmente (las mejores son las que tienen doble barandilla, a dos alturas).
Por último, también tienes distintos tipos de elevadores hidráulicos pensados para que cualquier persona, incluso aquellas de movilidad muy reducida o que necesiten silla de ruedas, puedan disfrutar de un agradable baño y de todos los beneficios que ofrece el ejercicio suave en una piscina.