Carlos Losada
Cómo
Cómo conocer tu heráldica familiar y en qué consiste
No todas las personas tienen un escudo de armas aunque su apellido coincida con algún antiguo linaje
Los escudos de armas se originaron en la Edad Media. Por eso no es de extrañar que en las ilustraciones de la época o en cualquier película que se ruede teniendo esa época como contexto nos topemos con caballeros montando sus corceles y luciendo su heráldica familiar. Con el tiempo, esta práctica fue cayendo en desuso y en la actualidad podría decirse que existen dos corrientes: una profesional que se interesa por la historia, el significado y el estudio de los blasones y otra más lúdica centrada en el negocio que supone la venta del escudo de armas de un apellido.
Pues bien, antes de pasar a explicar cómo se puede conocer la heráldica familiar, hay que dejar muy claro que esta última corriente no tiene ningún rigor histórico. Es más, según el sitio web especializado Biblioteca Heráldica “es muy importante mostrar la diferencia entre lo que significa el escudo de un linaje y de un apellido. La mayoría de nosotros, no somos ni nobles ni hidalgos y no podemos pretender usar un escudo por el hecho de que lleve nuestro apellido, porque cada escudo pertenece a un solo linaje, es decir, a una rama familiar de un apellido. Si no somos descendientes directos de ese linaje familiar, no tenemos el derecho de usar el escudo de armas que le fue concedido a esa familia”. Y para ejemplificarlo se refieren a que hay más de 60 escudos de los Sánchez e incluso más de 400 de los García.
Y advierten que “cuando una página en Internet propone el envío de un escudo de ‘su’ apellido a cambio de unos euros o de unos dólares, lo que está haciendo es inducir al error de hacerle creer que el escudo que es homónimo de su apellido es el de su familia. Solo una investigación de tipo genealógico puede confirmar que su origen y el del escudo que intentan venderle corresponden a su linaje”.
Toda una ciencia
Así pues, la aclaración de Biblioteca Heráldica deja muy claro que no todo el mundo tiene un escudo de armas ni que todos los Rodríguez pueden identificarse con los mismos símbolos. Y es que, tal y como explica El Rincón de la Heráldica del Ministerio de Cultura y Deporte, estamos hablando de una “disciplina que estudia los escudos de armas de una familia, dinastía, una institución o una localidad”.
Y para entenderlo mejor, nos remite a los orígenes de la misma allá por los siglos XI a XIII, en Plena Edad Media. Esta época feudal estaba sumida en constantes conflictos entre casas nobiliarias y reinos en los que las fronteras variaban constantemente. En dicho contexto, para los caballeros y la nobleza resultaba esencial distinguirse tanto en batalla como en justas y torneos, de modo que comenzaron a exponer sus armas, colores y símbolos en blasones que a su vez mostraban en escudos.
Esta tendencia comenzó en Europa, pero con las Cruzadas se extendió hasta Oriente Próximo. Además, fue calando en la sociedad de tal manera que el blasón ya no solo identificaba a un caballero en concreto, sino que comenzó a heredarse, creando así un linaje.
Ni que decir tiene que poseer un blasón o escudo propio pasó a suponer un símbolo de reconocimiento y cierto estatus social elevado. Tanto es así que incluso hoy en día las familias que cuentan con uno propio y que provienen de uno de estos linajes lo siguen mostrando con orgullo.
¿Tienes heráldica familiar?
Como hemos apuntado, no todas las personas tienen un escudo de armas, pues no todas provienen de un linaje que lo posea. Para averiguarlo, puedes acudir al citado El Rincón de la Heráldica y comprobarlo en las diversas fuentes que allí se apuntan, las cuales pertenecen al fondo de los Archivos Nobiliarios. Entre las más destacadas se encuentran las siguientes:
- Concesiones de escudos de armas
- Certificados de reyes de armas
- Ejecutorias de hidalguía
- Fundaciones de mayorazgos
- Concesiones de títulos nobiliarios
- Portal de Archivos Estatales
- Colecciones de la biblioteca especializada del Archivo Histórico de la Nobleza en el Catálogo colectivo de las Bibliotecas de los Archivos Estatales
¿Cómo son los escudos de armas?
Aunque los hayas visto cientos de veces y te hagas una idea de lo que representan, debes saber que cuentan con diversas partes, las cuales están perfectamente delimitadas. Todos ellos se caracterizan por tener una forma geométrica que a su vez está dividida. Esta se llama mesa de espera y en ella se sitúan los principales elementos.
Aparte, un escudo puede acompañarse de un lema o divisa, con soportes o tenantes que lo “abracen” y con un timbre en la parte superior, en el cual están incluidos desde la corona, hasta yelmos, cimeras, bureletes o lambrequines. El interior del escudo, es decir, la citada mesa de espera, se divide en nueve puntos, destacando el situado en la parte superior central (el del Jefe) y el que está en el medio (llamado Corazón o Abismo).
Asimismo, más allá de las figuras que lo pueblen, los escudos también cuentan con otras figuras y cargos geométricos que tienen su propia nomenclatura (faja, cruz, banda, cantón, lambel…). Y los colores tienen una gran importancia también. Hay cinco principales: gules (rojo), sinople (verde), sable (negro), azur (azul) y púrpura (morado), y se combinan con dos metales (oro y plata) y dos forros (armiños y veros).