Teresa Rey
Cómo
Pasos que debes dar para encender una barbacoa a la primera
Es vital tener mucha paciencia, elegir bien el combustible y saberlo combinar para evitar el humo
Las barbacoas son casi un ritual asociado al buen tiempo, ya que suponen pasar una velada agradable en compañía de los seres queridos o los amigos, mientras disfrutamos de una buena comida de verano. Sin embargo, a veces encenderlas se convierte en toda una odisea, por lo que no está de más apuntar qué pasos son los que nos recomiendan los expertos en esta materia.
El combustible
La barbacoa debe estar situada en un lugar estable, de modo que esté recta, para que la distribución del combustible y la llama sean homogéneos durante todo el proceso de cocinado.
Después tienes que escoger qué material de combustión vas a usar: si carbón vegetal o leña. Esta última tarda más en arder, por eso es mejor decantarse por el carbón, al menos si no somos pacientes. Lo ideal es escogerlo siempre de la mayor calidad posible. El que más se suele emplear es el de encina, aunque existen más variedades.
A continuación, tenemos que usar papel de periódico, hojarasca o ramas secas de distinto tamaño. Con el periódico tenemos que hacer bolas e irlas distribuyendo por la superficie de la barbacoa, y luego colocar sobre las mismas las hojas secas o las ramas. El carbón se va colocando encima, creando una montaña, de tal modo que todo lo que hemos puesto como base quede debajo de la misma.
El encendido
Con una cerilla o mechero se prende un poco de papel de periódico y se acerca a la parte de abajo, que es donde hemos creado la base. Poco a poco, el fuego se tiene que ir extendiendo, por lo que no debes soplar porque puedes provocar que se apague. Para ayudarte, puedes recurrir a pastillas de encendido que se colocan a lo largo de la hojarasca y el papel, pero es mejor que no tengan petróleo, ya que son más peligrosas, tóxicas y nada saludables. Repercuten, además, en el sabor de los alimentos que cocinamos.
Hay que intentar que las llamas se vayan extinguiendo y que el carbón se vaya calentando hasta adquirir una tonalidad grisácea. Para llegar a este punto, podemos tardar cerca de una hora, un proceso lento que se debe obtener echando poco a poco el combustible. Por último, el fuego debe estar bien oxigenado porque, de lo contrario, generaremos mucho humo.