Teresa Rey
Cómo
Cómo podemos aprovechar la energía positiva que nos rodea
Rodearnos de gente que nos transmite alegría o hacer actividades que nos gustan son algunas opciones
Rodearse de energía positiva es el inicio hacia el camino de una vida más feliz. Las personas mayores pueden emprender esta ruta en el momento que lo deseen y siempre que se encuentren preparadas para ello. Se trata de un proceso lento, que requiere de constancia y mucha perseverancia, pero todo es cuestión de ponerse a ello. Para lograrlo podemos adoptar varías vías una de ellas es intentar cambiar nuestra actitud tornándola positiva, y otra es rodearnos de todo lo que emane esta onda de energía buena, incluidas las personas.
Haz actividades al aire libre
Salir a pasear, el senderismo, caminar por el parque… son buenas alternativas para disfrutar de los beneficios del sol y recibir todo lo bueno que nos puede aportar. Si bien un exceso de exposición es perjudicial para la salud pues puede favorecer la aparición de cáncer de piel, recibir un poco de rayos solares influye positivamente en nuestro estado anímico.
Sabemos que ayuda a sintetizar la vitamina D, esencial para los mayores pues previene entre otras cosas la osteoporosis. También activa ciertos neurotransmisores que están relacionados con el estado anímico, estimula la circulación sanguínea y reduce la presión arterial.
Ten cerca a personas positivas
Sí. Esto es vital, porque ellas te transmiten su energía. La gente que es positiva o que tiene estos efectos sobre nuestra forma de ser, sentir o ver la vida, nos ayudará a mantener un estado de salud mental mejor. Si percibimos que una persona no está a gusto con nosotros o al revés, lo mejor es alejarse de ella, pues solo nos va a perjudicar. En el caso de que no nos quede otro remedio tendremos que buscar la manera de sobrellevar lo mejor posible esta situación.
Sé creativo con tu entorno
Procura estar rodeado de aquello que te gusta. Si eres un apasionado de las flores, intenta tener alguna planta en casa. Si te gusta un color, busca elementos que para decorar hogar con este tono, y así sucesivamente.
Sentido del humor
Dicen los expertos que no hay mejor terapia para relajarse y llenarse de energía positiva que estar riéndose durante un buen rato. La psicóloga Mila Cahue asegura que a la comida, el sexo y ejercicio, principales reforzadores de nuestro cerebro, hay que añadirles también una buena risa, pues hace que el cerebro segregue dopamina (neurotransmisor de este órgano relacionado con la expresión de las emociones) con intensidad.
Aprende a gestionar las emociones
Esto es fácil decirlo, pero no tanto llevarlo a la práctica sobre todo cuando llevamos toda la vida siendo de una forma de ser. Tampoco significa que haya que reprimirse. De vez en cuando es bueno enfadarse porque de este modo liberamos tensiones, al igual que llorar o sentir dolor. Por ejemplo respecto a este último punto el coach Jordi Planes, apunta que el dolor es un sentimiento muy importante y debemos identificarlo y permitirnos sentir lo que nos transmite. “Conociéndolo, comprendiéndolo y trabajando lo que nos comunica, podremos transformarlo en valor”.
Hay que conseguir que las emociones no nos superen, y si bien podemos tener días malos, cuando así sea podemos intentar analizar el porqué de esas sensaciones y darles una nueva visión. Comprender por qué nos sentimos de un modo determinado nos ayuda a entender las reacciones que experimentamos.
Ser pacientes
En esta sociedad donde da la impresión de que la prisa es lo que impera para todo, la paciencia se erige como un valor muy codiciado. Esta palabra proviene del latín patire o sufrir, así pues el que tiene paciencia en teoría es “el que sufre”. Sin embargo, la psicóloga Cahue prefiere relacionar el término con “paz”. Además, para Isaac Newton gracias a este talento se han aportado valiosísimos descubrimientos a la humanidad.
Esta actitud implica en ocasiones soportar dificultades para mantenerse firme en un propósito, y dejar que todo transcurra normalmente hasta que sea necesario intervenir. Como dice la experta hay veces que el hecho de ver las cosas claras no significa que sea el momento de hacer algo. También es necesario dilucidar cuándo hemos de mover ficha o no. Así, hay que aprender a ser pacientes.
Hacer lo que más nos gusta
Una persona que encuentra una motivación en la vida se muestra alegre, vital, llena de energía. Le confiere esfuerzo y dedicación porque es lo que la apasiona. Pero antes se ha de tener claro qué es lo que se desea hacer, no vale cualquier cosa, ni las sugerencias de los demás. Somos nosotros quienes debemos definir los objetivos que nos motivan.
Ahora bien, hay que ser realistas y establecer metas que se hallen dentro de nuestras posibilidades. De nada sirve ponerse el listón muy alto si no lo vamos a poder alcanzar y al final nos vamos a frustrar.
Busquemos una pasión que nos llene y que a su vez complete nuestra vida, pero sea alcanzable. Además, el simple hecho de desarrollar algo que nos gusta genera bienestar y no produce desgaste psicológico, ya que no lo vemos como una obligación sino como algo que nos proporciona satisfacción, alegría y energía positiva.