Verónica Mollejo
Cómo
Cómo mejorar el rendimiento de tu caldera y ahorrar algo de dinero en invierno
La calefacción es uno de los aparatos que más utilizamos durante los meses más fríos del invierno
Como bien es sabido, la instalación de una caldera es una de las vías más habituales y tradicionales de proporcionar agua caliente y calefacción a una vivienda. Es cierto que con el paso de los años, muchas personas han ido sustituyendo este aparato por otros más modernos y con diferentes prestaciones, pues las calderas más antiguas eran bastante contaminantes y muy poco seguras. Hablamos de los sistemas de ACS, los termos eléctricos o los calentadores de gas.
Sin embargo, las calderas siguen triunfando en algunos puntos de España, sobre todo tras dar la bienvenida a modelos más novedosos que por fin incluyen multitud de beneficios para los consumidores. En este sentido, ¿cuántos tipos existen en la actualidad?
- Eléctrica. Como su propio nombre indica, emplea energía eléctrica y un sistema tecnológico que permite regular la potencia, ahorrar algo de dinero y mejorar su eficiencia energética. Y lo más importante, prescinde de la combustión y el gas.
- De gas. Algunos hogares españoles todavía cuentan con este aparato en su hogar, pues fue el más utilizado durante muchas décadas. A su vez, esta caldera se divide en gas butano, gas propano o gas natural, siendo este último el más ecológico y barato.
- De biomasa. Si te preocupa el medio ambiente, este modelo de caldera quizás te interese pues utiliza combustibles vegetales para funcionar, lo que significa que no produce gases de efecto invernadero ni requiere combustibles fósiles y contaminantes.
- De gasoil. Su principal característica es que debes almacenar el gasoil tú mismo para mantener siempre activa la caldera, por lo que tu vivienda debe tener espacio suficiente para dicho combustible. No obstante, es una de las opciones que se caliente más rápido y, según los expertos, su mantenimiento es de lo más sencillo.
Además de esta clasificación, que se basa principalmente en el tipo de combustible que se utiliza, las calderas también pueden ser solo de calefacción, cuando aumentan únicamente la temperatura del agua que después fluye por los radiadores, o mixtas, un sistema que aúna ambas funciones: calentar el agua sanitaria y, al mismo tiempo, la que contienen los radiadores, ahorrando espacio y dinero.
Como hemos visto a lo largo de este artículo, uno de los aspectos más importantes para los consumidores es el dinero que gastan por el uso de la caldera, algo en lo que no solo influye el sistema que tengas instalado en casa o su modo de funcionamiento, tú también formas parte de esta ecuación. Bajo esta premisa, ¿cómo puedes mejorar el rendimiento de tu caldera y ahorrar en su consumo?
Trucos básicos
Si quieres que el importe de tu factura se reduzca considerablemente en los próximos meses, debes empezar por cambiar tus hábitos de consumo más básicos. Aunque creas que no influye, pequeños detalles como reducir el tiempo de la ducha, cerrar el grifo cuando te estás enjabonando, lavarte los dientes con agua fría o dejar correr el agua únicamente cuando aclaras los platos en el fregadero son algunos ejemplos de ello.
Mejora el sistema
La caldera es uno de los electrodomésticos que más consumen de una casa, por eso es muy importante que actualices el sistema cada cierto tiempo para que este no se quede obsoleto y gaste más energía. Por lo tanto, si la tuya tiene ya muchos años, no dudes en comprobar el estado de las distintas tomas (gas, red eléctrica, entrada y salida del agua...), del termostato o de las válvulas termostáticas. Si, por el motivo que sea, el técnico que te ayude te recomienda cambiar toda la instalación, algo que resulta muy costoso, aprovecha y escoge una con etiquetado de Eficiencia Energética.
Presión y temperatura
Según varios expertos, la presión del agua que emplea la caldera debe estar alrededor de 1,2 bar, con un margen de +/- 25%. Para medirla solo tienes que mirar de vez en cuando el manómetro que suelen incluir este tipo de aparatos, ya que la presión varía dependiendo de la hora del día o el uso que hagas de ella. Esta medida no solo supone un consumo responsable, también indica la ausencia de averías.
En cuanto a la temperatura, Cointra (@cointraesp), empresa especializada en este tipo de dispositivos, asegura que el rango de temperaturas óptimo dependerá del tipo de caldera que tengas instalada en tu casa. "Si la caldera es de condensación, la temperatura adecuada suele ser 55-60ºC. Si además produce ACS, regula también la temperatura a la que quieres que salga el agua caliente de los grifos: si es una caldera mural mixta instantánea, la temperatura deberá estar entre 40-50ºC y si es una caldera con acumulador incorporado o con acumulador externo, entre 55 y 60ºC".
Cierra los radiadores que no utilices
En las casas más grandes o cuando empleas otros sistemas de calefacción, lo más seguro es que algunos radiadores no estén funcionando a pleno rendimiento. Si esto es así, acuérdate de cerrarlos pues, de lo contrario, siguen consumiendo energía sin ser necesario. Por ejemplo, si en la habitación de invitados no va a dormir nadie en los próximos meses, apaga el radiador que esté en esa estancia, pues es absurdo que permanezca siempre caliente si nadie entra.