Victoria Herrero
Cómo
Cómo es el tradicional ritual de la ceremonia china del té
Victoria Herrero
Sábado 22 de febrero de 2020
ACTUALIZADO : Sábado 22 de febrero de 2020 a las 4:50 H
2 minutos
Una liturgia que forma parte de la cultura de China y que se hace con movimientos armoniosos
El ritual de la ceremonia china del té es una tradición arraigada en la cultura de este país asiático. Un ritual que forma parte de los fastos previos a una boda, como señal de bienvenida y de hospitalidad a una casa o muestra de respecto. Nada de prisas. Este rito se realiza siguiendo cada uno de los pasos –que llevan su tiempo– y empleando los utensilios adecuados para la ocasión. Conoce con nosotros esta tradición de siglos que une cultura y gastronomía.
Ceremonia china del té, una práctica milenaria
Esta bella puesta en escena se lleva a cabo con movimientos armónicos y delicados. De acuerdo con la liturgia china, necesitaremos tres teteras distintas y cada una cumplirá un objetivo. Una de ellas servirá para calentar el agua a una temperatura que no llegue a hervir, otra tetera para preparar el té y una última con la que se servirá a los comensales. Necesitarás, además y como es lógico, hojas de té y tazas de diverso tamaño, las más pequeñas se emplean para una primera aproximación olfativa.
Pasamos a infusionar las hojas en ese agua el tiempo establecido según los diferentes estilos de ceremonia de té que hagamos. Servimos en un recipiente y echamos en unos pequeños vasitos para oler estas primeras gotas. Dice la tradición que solo se llenan estas tazas hasta la mitad y que se cogen de forma correcta con los dedos índice y pulgar mientras el dedo corazón soportará la base de la taza.
Tras esta primera acción de oler la infusión, se empieza a servir a todos los comensales para que degusten el té de forma lenta y son sorbos algo ruidosos. Prohibido echar azúcar al té.
Origen del té: leyendas
Hay muchos mitos alrededor del origen de esta planta. Una de estas leyendas nos lleva atrás unos 3000 años, con la figura del emperador chino Shen-Nung. Según la historia, descansando bajo un árbol, el emperador tomó un cuenco de agua caliente sobre el que cayeron algunas hojas de esa planta. Ese fue el descubrimiento de esta infusión que se convirtió en su bebida favorita y de la que decía: “el té apaga la sed, reduce las ganas de dormir, alegra y aviva el corazón”.