Cómo aprender a sembrar calabacín en unos sencillos pasos

Se trata de una hortaliza muy agradecida y que pocas veces falta en nuestro menú semanal, sobre todo gracias a su versatilidad a la hora de idear cientos de recetas. Hablamos del calabacín y a continuación vamos a detallar los sencillos pasos que hay que seguir si quieres cultivar tus propios calabacines en casa en tu jardín. 

El terreno, el riego y la recogida

Lo primero que debemos saber es que esta verdura crece en terrenos de todo tipo (también en macetas), pero lo mejor es que sea una tierra profunda, que tenga nutrientes, así que añade abono, y vigila que ese espacio en tu huerto no se encharque cada vez que vayas a regar. Además, debes calcular bien el espacio a la hora de cultivarlos ya que se desarrollan bastante y deben tener espacio para hacerlo de forma óptima. 

El clima que necesita el calabacín para crecer es cálido, por eso se suele plantar entre los meses de primavera y verano. Hasta que comience a crecer la flor, el riego debe ser abundante; sin embargo, a partir de este momento, el suelo se mantendrá húmedo, pero sin que haya un exceso de agua. 

Si todo va bien, cuando veas que tus calabacines tienen entre 15 o 20 centímetros, será el momento de recogerlos. Un truco de profesional: si al clavar tu uña en el calabacín se marca con facilidad, entonces está en su momento óptimo de recolección y ya los tendremos listos para hacer un delicioso plato.

Receta de calabacines rellenos

Esta receta es muy sencilla y puede solucionarte una comida o una cena en muy poco tiempo. Además de un par de calabacines medianos, necesitaremos champiñones, cebollas, zanahorias, ajo, queso rallado, algo de leche, aceite de oliva, sal, pimienta y nuez moscada.

Lo primero que haremos será vaciar los calabacines y quitarles el relleno. A continuación, córtalos por la mitad y ponlos en una cazuela a cocer con algo de sal. Sácalos cuando veas que están tiernos, y mientras tanto aprovecha esos minutos para hacer el relleno de verduras.

Pica en dados los champiñones, la zanahoria y la cebolla y póchalo todo en la sartén junto con un poco de ajo, sal, pimienta y los restos de la carne de calabacín que hemos quitado antes. Cuando el relleno esté listo, añadimos la leche para que espese un poco la mezcla y un puñado de nuez moscada. Retiramos del fuego. 

Ahora es el momento de los pasos finales: rellenar cada uno los calabacines, añadir un poco de queso rallado por encima y meter en el horno (previamente precalentado durante unos minutos) a algo menos de 200 º C. Cuando veamos que el queso se empieza a fundir y empieza a tener un tono dorado, es el momento de sacarlos y de disfrutar de ellos.