Mariola Báez
Cómo
5 trucos de repostería básica para hacer pasteles como un profesional
Mariola Báez
Foto: Bigstock
Miércoles 12 de febrero de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 19 de julio de 2021 a las 16:56 H
6 minutos
Toma nota de estos pequeños detalles para que tus dulces queden deliciosos y perfectos a la primera
¿El caramelo líquido se endurece a los pocos minutos? ¿El punto de nieve de las claras para ti es un enigma? ¿El bizcocho se desmorona al cortarlo? Estas son situaciones frecuentes que pueden hacer que te desanimes a la hora de preparar un rico postre o un pastel para la merienda, pero que muchas veces ocurren por caer en errores simples de fácil solución.
¿Por dónde empezar?
La repostería es una bonita afición que puede darte muchas satisfacciones. Tomar algo dulce, siempre con moderación, es un placer y aprender a hacer tus propios pasteles, sabiendo que vas a utilizar ingredientes naturales y sanos como la leche, los huevos o la harina, es una buena idea. Se trata de una actividad entretenida y divertida que, además, puedes compartir con quien quieras, especialmente con tus nietos.
Sin embargo, la pastelería no es fácil, así que si te animas, empieza preparando las recetas más sencillas, como unas galletas o un bizcocho. Cuando veas que te salen bien, te animarás a avanzar para conseguir postres más elaborados. En este sentido, recuerda estos tres consejos para principiantes a la hora de iniciarte en el mundo de la respostería:
- Compras unos utensilios básicos en los que siempre conviene invertir, como moldes, espátulas, varillas para batir o una manga pastelera.
- Realizar cada receta con total exactitud a la hora de medir y añadir los distintos ingredientes.
- Respetar temperaturas y tiempos de cocción.
Así, tanto si ya tienes tablas en esto de sorprender con deliciosos postres, como si das tus primeros pasos en la pastelería, estos cinco trucos, que vas a necesitar en más de una ocasión, te resultarán de lo más prácticos.
Bizcochos
Hay mil recetas para hacerlos y son muchos los posibles acabados: con aroma a cítricos, con frutos secos, de chocolate o rellenos con cremas o mermeladas. En cualquier caso, lo esencial es que el bizcocho en sí mismo resulte suave y esponjoso y para lograrlo el secreto es el siguiente.
- Utiliza harina específica de repostería y tamízala para que no esté apelmazada en el momento de mezclarla con el resto de ingredientes.
- Una vez dentro el molde con tu masa, no abras el horno a ver cómo va. Es un error típico de principiante que estropeará el resultado, ya que altera la temperatura interior haciendo que el bizcocho no suba de manera uniforme.
- Solo cuando creas que está listo, pínchalo con una varilla metálica y comprueba que sale totalmente limpia. En ese momento, detén la cocción y deja que se enfríe totalmente.
- Para cortarlo y hacer porciones perfectas, calienta previamente el cuchillo que vas a utilizar. ¿Cómo? Poniéndolo bajo el grifo con agua caliente unos minutos y secándolo bien.
Claras firmes
Las vas a necesitar en múltiples ocasiones, por ejemplo como base para hacer un rico y suave merengue, que podrás incorporar a numerosas recetas. Para lograr el famoso punto de nieve, los pasos a seguir son:
- Utiliza un recipiente impoluto y totalmente seco.
- Separa las claras sin que se te cuele ni un ápice de yema (puedes recurrir a las claras pasteurizadas) y añade un pellizco de sal.
- Tanto con la batidora como con la varilla, empieza batiendo a ritmo suave y solo cuando veas las primeras burbujas, imprime más velocidad.
- Cuando las claras estén firmes (no deben resbalar en el recipiente), no sigas batiendo, ya están listas para su uso. Si continuas, la textura no será la adecuada.
Caramelo líquido
Es otro de los ingredientes estrella de numerosos postres, entre ellos, los sencillos flanes. Hacer el caramelo no tiene dificultad, pero sí más de un pequeño truco.
- Coloca en un cazo unos 100 gramos de azúcar y añade 3 o 4 cucharadas soperas de agua templada con unas gotas de limón.
- Remueve y deja que el azúcar se vaya disolviendo a fuego muy lento durante unos 10 minutos.
- Cuando adquiera el característico color dorado, añade otras 3 o 4 cucharadas de agua caliente y mueve el recipiente para mezclarla.
- No te excedas en el tiempo porque el caramelo puede tostarse en exceso y resultar amargo. Si te queda demasiado espeso, añade un poco más de agua. Extrema la precaución para evitar quemaduras.
Cobertura de chocolate extra brillante
Esencial para lograr un acabado perfecto en un sinfín de tartas. Para que te quede bien y conseguir que tus pasteles resulten irresistibles prueba a hacer la cobertura de la siguiente manera.
- Coloca en un cazo los ingredientes básicos: nata, unos 80 gramos para una tarta de tamaño estándar, 40 gramos de chocolate fundente, 2 o 3 cucharadas de azúcar y 1 cucharada de mantequilla. El truco está en añadir, además, una hoja de gelatina neutra y medio vaso de agua.
- Deja que el chocolate se derrita a fuego lento. Cuando esté cremoso, detén la cocción y viértelo sobre la tarta estando aún templado (no caliente). Hazlo despacio, distribuyendo la mezcla de forma homogénea y utilizando la espátula únicamente para fijar la cobertura en los laterales.
Tarta a capas
Puedes rellenar tus tartas o bizcochos de lo que te apetezca, como mermeladas, crema pastelera, chocolate, merengue oqueso de untar . Pero para hacerlo tendrás que realizar los cortes necesarios para crear distintas capas, algo que parece muy sencillo, pero que también tiene su truco.
Para lograr que queden perfectos, haz los cortes siempre con la tarta fría. Lo ideal es realizarlos con una segueta especial para estos menesteres, pero si no la tienes, con un hilo y algo de maña lograrás un corte impecable. Simplemente rodea con un hilo resistente el pastel y tira de ambos extremos para que atraviese la tarta. Con un cuchillo es más complicado obtener secciones uniformes y totalmente limpias, sin migas. Una vez separados los pisos que quieras, procede al relleno y ve superponiéndolos. Ya tienes una creativa tarta a capas.