Consejos para comprar pescado: cómo saber si está fresco o no

El pescado es imprescindible en nuestra alimentación. Sin embargo, es muy complicado encontrarlo de buena calidad, y con una frescura reciente.  Estás son las instrucciones de la mano de un experto que debes seguir a la hora de comprar este alimento tan saludable y necesario.  

Álex Yáñez, dietista-nutricionista y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el deporte, reveló en una entrevista para Infosalus una serie de consejos a tener en cuenta, que están recogidos en el manual ‘Compra bien, come mejor’ (Amat Editorial),

Remarca que “el pescado siempre va a ser un alimento con grasas muy buenas”. El omega-3, por ejemplo, es muy difícil de encontrar en otras comidas y regula el colesterol, proporciona muchas vitaminas y tiene  un “efecto antiinflamatorio interesante”

Asimismo, algunos grasos, como pueden ser las sardinas o el arenque, aportan mucha vitamina D, cuyo déficit es muy frecuente en la población española. 

Según el experto, estamos muy acostumbrados a consumir mucho omega-6 de los lácteos y de las carnes rojas. Por esto, afirma que ”estamos muy inflamados, empeora nuestro colesterol e hipertensión, y todo esto se solucionaría, quizá, aprovechando más el consumo de pescado”. 

Se recomienda comer hasta tres veces a la semana como mínimo este alimento, valorando la fuente de proteína que supone para nuestro cuerpo. 

“En España debemos priorizar el consumo de legumbre, aparte del huevo, y el pescado, por delante de la carne.”, apunta. 

Respecto al blanco, Yáñez asegura que podemos comerlo de manera ilimitada, igual que consumimos el pavo o el pollo. Además, subraya que deberíamos huir del consumo de pescados con alta cantidad de mercurio, como el pez espada o el atún.

A la hora de comprar pescado… 

Primeramente, el dietista explica que debemos priorizar la compra de los que se crían al aire libre por encima de los que pertenecen a las piscifactorías. 

“Siempre es mejor un pescado cogido a la caña y que se críe de forma libre, no encerrada, pero la calidad es buena en ambas. Aparte de que en la piscifactoría se controlan más las bacterias”.

Junto con esto, Álex Yáñez recomienda fijarnos en el color al comprar este producto en la pescadería. 

Los peces cartilaginosos, como la raya, tienen un color rojizo cuando están frescos, pero si están de color verde azulado significa que ya no lo están tanto.

 

 

Por su parte, los peces que cuentan con un esqueleto óseo tienen un brillo metálico con reflejos. Si no aparecen dichos reflejos es que el pescado ha ido perdiendo frescura.

También es importante el olor, de manera que si huele a amoniaco no debemos comprarlo, porque esto indica que no está fresco.

La piel, las escamas y los ojos: puntos clave

Debe tener la piel tersa y firme, que sea difícil de separar y sin que se rompa. 

”Las escamas tienen que presentar un aspecto brillante y estar fuertemente unidas a la piel. Si la escama se parte muy fácil, o se sale muy fácil de la piel, esto significa que el producto no está tan fresco, y ha perdido esa capa de piel que retiene a la escama”.

Las branquias, de color rojo y brillante, junto con las aletas de hueso que las cubren y las protegen, son muy importantantes. Según Yáñez, si están pastosas y sin brillo es una mala señal. 

El abdomen del pescado no debe estar ni hinchado, ni hundido, y tampoco roto y con manchas. “Las espinas tienen que ser duras, de color blanco, y estar fuertemente adheridas a la carne”, añade.

 

 

Respecto a los ojos, se recomienda que no estén muy saltones o incluso hundidos. Si los tiene opacos o empañados y carecen de transparencia es mejor no comprarlo. ”Los ojos deben estar transparentes y no amarillentos porque sino no estará fresco”, sostiene el dietista-nutricionista.

Limpieza del pescado y el anisakis 

El experto indica la importancia de comprar el pescado limpio o sin tripas, o si no quitarlas lo antes posible. 

Así, se podrá evitar el consumo de parásitos como el anisakis, cuya presencia cada vez es más frecuente en el caso del blanco, como la merluza, e incluso en algunos tipos de sushi. 

“Limpiarlo una vez lo tengamos en casa hace que las posibles larvas del anisakis no entren en la fibra, en el músculo del pescado, y hacerlo rápido y pronto hace que no migren ahí”, aclara.

El nutricionista recuerda que también puede encontrarse en los cefalópodos, como el calamar, el pulpo, o la sepia.

Entre muchos de sus efectos, el anisakis puede causar alteraciones digestivas y reacciones alérgicas. Para prevenirlo, lo más efectivo es la congelación.  

“A veces es tan microscópico que no se puede adivinar. Se debe congelar una vez comprado, lo ideal es congelar el pescado mínimo 5 días a -20 grados”, agrega.