Consejos para cuidar tus muebles de exterior

Las tormentas de verano, el riego o los rayos del sol pueden dañar nuestros muebles de exterior. Aunque es cierto que este tipo de mobiliario suele estar fabricado con materiales específicos para soportar este tipo de condiciones meteorológicas y vivir a la intemperie, hay una serie de consejos que puedes seguir si quieres alargar su vida.

Limpieza

Aunque es fundamental revisar las etiquetas para conocer las recomendaciones del fabricante, una de las limpiezas más aconsejadas es quitarles el polvo con un trapo. Podemos hacerlo con uno ligeramente humedecido, aunque previamente aconsejamos pasar uno seco, o bien la aspiradora, para quitar el grueso del polvo acumulado.

Además, existen productos de mantenimiento específico para los muebles de ratán o metálicos, etc.

Sol

El sol suele deteriorar el aspecto de este tipo de muebles. Por ello, te recomendamos que no estén al sol directo. Para evitarlo, utiliza un toldo o sombrilla o, los días que no los utilices, les pongas una funda protectora.

Este tipo de fundas protectoras será además muy útil cuando vayas a estar fuera de casa una temporada. Si no puedes guardarlos en ningún sitio o no quieres ponerte a desmontar toda la terraza, protégelos de la suciedad, el agua o el sol con este tipo de protectores.

Noche

En muchas zonas de nuestro país hay mucha humedad durante la noche que puede dañar los muebles de exterior. Por ello, aconsejamos especialmente guardar los cojines para evitar que se humedezcan y pueda aparecerles manchas negras de humedad.

Si tus muebles se encuentran en una zona donde están en contacto directo con el agua como puede ser un césped donde se activa el sistema de riego cada noche o una zona de piscina, deberemos prestar especial atención a sus cuidados.

Muebles de madera

Si tus muebles son de madera, nuestro consejo es que apliques barniz al menos una vez al año para un correcto mantenimiento. Para ello, previamente tendremos que lijar la superficie en dirección de la veta hasta que quede suave.

A continuación, limpiaremos el polvo que haya podido producirse, secaremos la superficie y con la ayuda de una brocha aplicaremos el barniz siguiendo la dirección de la veta.

Una vez esté bien seco, volveremos a pasar la lija y aplicaremos una segunda capa de barniz.

Recuerda que cuantas más capas apliquemos más brillante será el acabado, con lo cual, debes tenerlo en cuenta según el aspecto que quieras darles a tus muebles. En este sentido, es fundamental también la elección del color y brillo del barniz que vayamos a utilizar.