Anna Blanco
Practicopedia
Lo que debes evitar si quieres hacer feliz a tu gato
Conviértete en un compañero perfecto para tu gato
Para los que compartimos nuestra vida con un gato, ya sabemos que es muy difícil conseguir que haga lo que queramos o que corra a la puerta cuando llegamos a casa, como hacen los perros. Ellos son independientes y como se suele decir: Tú no tienes un gato, tú vives con uno. Pero, si los hemos elegido como nuestro animal de compañía es porque estas cosas no nos importan. Apreciamos, por ejemplo, su silenciosa compañía, su independencia, su limpieza o su agilidad, entre otras cosas.
Ahora bien, pongámonos en la piel de nuestro gato, ¿qué será lo que le gusta de nosotros?, es decir, ¿cómo es un compañero humano de gatos perfecto?
Seguid estas recomendaciones y os convertiréis en uno:
Nada de ruidos fuertes o gritos
Los gatos tienen el sentido del oído muy desarrollado, por lo que son muy sensibles a los ruidos fuertes como gritos, aspirador, ladridos de perro, etc. Así que, si queréis reñirle por algo que haya hecho, no le grites porque solo conseguirás provocarle estrés o ansiedad.
No es necesarios bañarlos
Muchos gatos detestan el agua y, aunque no está demostrado el motivo, no pocos expertos lo atribuyen a que la mayoría de sus razas proceden de zonas desérticas con poca presencia de agua. Así pues, mejor evitar los baños porque lo más probable es que no las van a disfrutar, sino todo lo contrario. Cepillarlos regularmente o, incluso, champús para lavado en seco pueden contribuir a una buena higiene de nuestro gato.
Mejor evitar los olores fuertes
Si bien estos felinos no tienen tan desarrollado el sentido del olfato como los perros, sí que muestran especial rechazo a olores fuertes como el de ajo, cítricos, cebolla, vinagre o del humo de cigarro. De hecho, un truco si queréis evitar que el gato se acerque a algún punto de la casa, es restregar un limón en esa zona.
Otra cosa diferente es la curiosa atracción que sienten muchos gatos por el olor de la lejía. No se sabe muy bien porqué pero no pocos se frotan en el lugar donde hayas limpiado con lejía.
Hay que hacerles caso cuando lo piden
Si bien los felinos son muy independientes y no siempre se muestran cariñosos, no les gusta nada que no se les haga caso cuando piden nuestra atención. Así, si se sube a la mesa donde estamos escribiendo o tecleando en el ordenador, nos siguen o dan vueltas a nuestro alrededor, toca parar y dedicarles unos minutos de mimos y atención para ver qué es lo que quieren.
Eso sí, cuando ellos decidan que no quieren más atención, también nos lo harán saber y habrá que dejarles en paz. ¡Ellos mandan!
Evitar mirarlos fijamente
¿Habéis jugado alguna vez a mirar a vuestro gato fijamente a los ojos? Pues grave error porque no les gusta nada ya que lo interpretan como una amenaza, como si estuvierais intentando dominarles.
Mejor si cuando lo miráis, parpadeáis despacio porque si vuestro gato hace lo mismo es que os lo habéis ganado ya que cuando un felino parpadea lentamente es que se encuentra a gusto.
Su caja de arena siempre limpia
El adjetivo 'limpio' siempre se asocia con los gatos así que no os despistéis y os olvidéis de tener su arenero siempre limpio.
No los agobiéis con muestras de cariño
Los queremos y, a menudo, su actitud tranquila y el suave pelaje nos invitan a achucharlos, darles besos y acariciarlos. Y, de nuevo, es un error porque les puede agobiar y molestar, los gatos necesitan su espacio y más si no han sido ellos los que os han pedido mimos.
Además, aunque es habitual que se pongan panza arriba, la barriga es el peor sitio para acariciarlos. Mejor la cabeza, debajo de la barbilla, cuello o cerca de la cola.
Lo mismo pasa con cogerlos en brazos, si cuando lo hacéis, notáis que no está cómodo, será mejor dejarle ir porque no lo está pasando bien, especialmente si lo cogéis panza arriba porque es una postura en la que se sienten muy vulnerables.
Si seguimos estas recomendaciones y, además, respetamos su espacio propio, le facilitamos un lugar donde tumbarse al sol, una ventana por la que mirar al exterior y un rascador, tendremos un compañero de piso muy feliz.